Un total de siete candidatos de un amplio espectro político aspiran a sustituir a Sebastián Piñera en el sillón presidencial para el período 2022-2026, pero los sondeos de opinión vaticinan que ninguno obtendría el 50 más uno de los votos en primera vuelta.
Las firmas encuestadoras, muy criticadas aquí por errar en sus predicciones, centran la disputa entre el aspirante de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, y el de la Alianza Social Cristiana, el ultraderechista José Antonio Kast.
Para el analista político Pablo Jofre, aunque Boric y Kast siguen siendo los que se mencionan con más posibilidad, puede haber una sorpresa con Yasna Provoste, heredera de la Concertación y la Nueva Mayoría, o Sebastián Sichel, de la alianza oficialista Chile Podemos Más.
En la carrera presidencial compiten también Marco Enríquez-Ominami, del Partido Progresista; Eduardo Artés, de Unión Patriótica, y el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente.
Además de elegir al presidente, los chilenos escogerán a 155 diputados, 27 senadores y a los consejeros regionales.
“Esta es una elección bastante suigéneris porque no hay definición de lo que va a ocurrir en las legislativas. Probablemente saldrá un parlamento bastante fragmentado, lo cual va a implicar alianzas y acuerdos, se quiera o no se quiera”, dijo Jofre a Prensa Latina.
Una de las incógnitas de la jornada será el abstencionismo, fenómeno en ascenso desde que en 2012 el voto dejó de ser obligatorio, al punto de que Piñera fue electo con menos de la mitad de los sufragios y en las pasadas elecciones regionales para gobernadores apenas asistió el 20 por ciento.
Es posible que la participación aumente este domingo, si se cumplen los pronósticos de una medición efectuada por el Instituto Nacional de la Juventud, según la cual 77 por ciento de los jóvenes manifestaron su disposición de ir a votar.
Los comicios tendrán lugar dos años después del estallido social de 2019, un movimiento impulsado por estudiantes contra el alza de la tarifa del metro, que posteriormente se extendió por todo el país y demostró el descontento de la población con las desigualdades sociales y el modelo neoliberal.
Las protestas fueron violentamente reprimidas por los Carabineros y fuerzas militares, con saldo de unos 30 muertos, miles de heridos y 460 personas con daños oculares.
El clamor popular se canalizó en un proceso constituyente para redactar una nueva carta magna, en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la cual deberá ser sometida a referendo el año entrante, bajo un nuevo Gobierno.
Santiago de Chile, 21 de noviembre 2021
Crónica Digital/PL