Cinco de los siete aspirantes a la presidencia chilena expusieron hoy en un foro empresarial sus programas económicos, que oscilan entre el fortalecimiento del Estado y el modelo neoliberal extremo.
En un foro organizado por el Instituto de Administración Racional de Empresas, el candidato por la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, declaró que la estabilidad del país solamente es real y duradera cuando está construida sobre la base de una red de seguridad social robusta que llegue a todos.
Para lograr esto no hay milagros, hace falta desarrollo productivo y una mejor y mayor recaudación fiscal, dijo uno de los favoritos para ganar la primera vuelta de las elecciones del 21 de noviembre, de acuerdo con las encuestas.
Su programa apunta a que las personas de más altos ingresos paguen más impuestos y al mismo tiempo acabar con la evasión, la elusión fiscal y la gran cantidad de exenciones injustificadas.
En el lado contrario, el candidato de ultraderecha José Antonio Kast abogó por el recorte del gasto estatal y la reducción de impuestos para las grandes empresas.
El postulado por el Partido Republicano evitó referirse a temas que han causado polémica como sus planes para enfrentar la violencia, el narcotráfico y el terrorismo y cavar una zanja en la frontera para impedir el paso a los migrantes.
Según Kast su administración disminuirá la burocracia y tendrá un “Estado ágil”, cambiando el concepto de lo que se conoce como un buen funcionario público.
En el foro participaron también Yasna Provoste, de la coalición de centroizquierda Nuevo Pacto Social; Sebastián Sichel, de la oficialista Chile Podemos Más; y Marco Enríquez-Ominami, del Partido Progresista.
Sichel atacó los programas de Boric y Kast y afirmó que “es imposible soñar con una carga tributaria del 40 por ciento y no creer que se va a espantar la inversión y tampoco es posible soñar con bajar los impuestos”.
“Necesitamos liderazgos extraordinarios en tiempos extraordinarios”, dijo Sichel, cuya candidatura cayó del segundo al cuarto lugar en la intención de voto debido al escándalo de los Papeles de Pandora que envuelve al presidente Sebastián Piñera y a revelaciones sobre financiamiento irregular de su campaña cuando aspiraba a diputado.
A su turno, Provoste recordó que el escenario macroeconómico va a ser complejo nacional e internacionalmente, y el gobierno debe ser capaz de enfrentar las bajas proyecciones de crecimiento y de una economía sobrecalentada.
Chile no resiste seguir como está -dijo- y abogó por una reforma tributaria que potencie el crecimiento.
Por su parte, Enríquez-Ominami reflexionó sobre lo ocurrido en el continente desde la llegada de la Covid-19 y recordó que América Latina fue arrasada, con altas tasas de mortalidad y desempleo.
“Estamos en el momento más grande y más grave de nuestra historia. La incertidumbre no es producto del estallido social, es producto de que nuestra economía es mediocre y tenemos que ser más creativos”, afirmó.
En el debate estuvieron ausentes Eduardo Artés, de Unión Patriótica, y el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente.
Santiago de Chile, 11 de noviembre 2021
Crónica Digital/PL