
Por Marcel Garcés Muñoz
Partió Patricio Manns, por sus caminos de alta cordillera, sus desfiladeros, arroyos, pasos , sus paisajes llenos de historias, de muertes, de coraje, por sus lagos, ríos fulgurantes, bosques majestuosos y silenciosos, pero también de vida, plenos de cuentos y de historias, y sus verdes profundos o teñidos de sol, de amaneceres coloridos , de noches estrelladas, o lunares, sus vientos que trasmiten mensajes, palabras, cantos de los pueblos originarios y sus dioses tutelares, rocas , la savia de la vida vegetal, y otros materiales que nutren su canto, la inspiración de sus poemas permanentes, del cancionero esencial del fenómeno colectivo del Nuevo Canto que acompaño a Chile en el proyecto histórico encabezado por Salvador Allende y la Unidad Popular.
Se fue por los caminos indescifrables de la muerte, pero nos dejó, imperturbable, pero sonriente, imborrable, su verso, sus canciones,, sus personajes románticos, épicos, combatientes. Porque el sabía que la lucha y el amor, eran dos fases de una misma vida, de un mismo caminar por senderos que caminaron otros antes, en un esencial escenario de sueños y conquista de futuros. de una perspectiva por la cual se debía vivir, y a veces, demasiadas veces, quizás, el hombre y la mujer del pueblo, se encontraban con la muerte artera.
Así su vida transcurrió entre las esperanzas y los desafíos, mientras descifraba los misterios del devenir, de los mensajes escritos en piedra y en alerces milenarios, en pehuenes milenarios, que han visto pasar hombres y siglos, en senderos, que buscaba un destino, un horizonte, que no era otro que nuevos desafíos, nuevos escenarios, nuevos poemas , nuevas canciones, que regaló a Chile, su pueblo y su historia .
Partió Patricio, en un viaje final pero nos deja una biografía de permanentes desafíos. De compromisos políticos, sociales, humanos, creaciones musicales y esperanzas épicas, pero nos legó una galería de personajes, de rostros curtidos por el viento y la nieve, la pampa, los canales del sur, las trincheras , y también las pérdidas de compañeros y compañeras, también inolvidables.
Patricio Manns asumió el desafío y los riesgos de la lucha contra la dictadura del terror pinochetista, de la venganza de la derecha económica y política, del imperio. Fue portavoz del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, (FPMR) en el terreno internacional y cuya emblema le acompañó sobre su ataúd, en su despedida física, en el velorio en el Teatro Antonio Varas, éste lunes 27 de septiembre.
Partió en su corcel, pero nos dejó un cancionero fundamental en la memoria colectiva, una herencia de orgullo, dignidad, de sensibilidad, de creación comprometida por el amor y la lucha, simbolizada en su inolvidable, “Cautivo de Til Til”, himno imborrable de la resistencia insurgente, y en el retrato del viejo arriero, transhumante, que “Arriba en la Cordillera” desafía el clima, el viento, el frío, llevando au rebaño a través de la frontera y enfrentando finalmente la bala policial, instrumento de una justicia artera, injusta y en definitiva, clasista que castigaba y sigue castigando el pobre, acusándolo de robar ganado ajeno, pero en definitiva por ser pobre,
Dos himnos angulares de su creación y del retrato de un Chile histórico y que se mantiene hasta el presente, en lucha contra la tiranía, el orden social establecido, y los intereses de los poderosos, y que permanecerán en la rebeldía y el desafío colectivo de hoy.
Poesía y lucha. Épica y testimonio. Una página brutal de la historia naciente de la Patria, una tragedia del turbulento surgir de la Patria y el retrato dramático de la injusticia social contemporánea.
En definitiva, lucha y amor sintetizados en versos que nos enseñan la historia, y que reflejan ese compromiso por la libertad, la justicia, una combinación de la denuncia y del sueño de justicia, de la poesía y la guitarra, la creación .
En definitiva, Patricio Manns, tal como lo hiciera nuestro Víctor Jara, nuestra Violeta Parra, y otros tantos exponentes del Nuevo Canto, comprometidos con la belleza, la democracia, la libertad, la justicia, y los derechos humanos, tanto como la lucha por un futuro mejor para nuestra Patria, nos legan un cancionero permanente que nos pertenece colectivamente, que nos retrata a través de la sensibilidad, el pasado, el presente y nos indica un futuro.
Se trata de una herencia y un compromiso ciudadano, político y artístico, con la belleza y con la lucha del presente, y las esperanzas en el futuro.
Santiago de Chile, 27 de septiembre 2021
Crónica Digital