Por Marcel Garcés Muñoz
Cuando el país vive, sin duda, momentos políticos y sociales complejos, que tensionan el presente y el futuro de su institucionalidad, en busca de una sociedad más justa, más democrática y progresista, una convivencia social y de respeto a las demandas de la ciudadanía, surgen arteras amenazas a la voluntad popular, sus derechos democráticos e incluso a la seguridad personal.
Cuando en la Convención Constituyente se discute, un nuevo Pacto Social para el país, a pesar de las trampas y manipulaciones de la derecha negacionista que convocó al “rechazo” hasta la propia idea de formular una nueva Constitución, y hoy boicotea, desde adentro, el proceso democrático en marcha.
Se trata de una reedición, bajo el nombre de la Asociación Chilena del Rifle, de los grupos paramilitares , como Patria y Libertad, los Comandos Rolando Matus, y otros de la Derecha que actuaron en la desestabilización del Chile de los 70, desarrollaron una estrategia conspirativa terrorista y criminal, bajo la conducción de los servicios de inteligencia militares locales, y fueron armados y financiados por la CIA, el Pentágono y otros servicios del gobierno de Richard Nixon.
La falta de originalidad creativa los llevo a copiar el nombre de la organización estadounidense, que agrupa a los paramilitares, nostálgicos del Ku Klux Klan, y supremacistas blancos, identifica con sus pares estadounidenses en su ideología y seguramente con el ex presidente Donald Trump en su intentona de desconocer el triunfo del hoy presidente, Joe Biden.
Perro lo que les hace pocos díasidentificas, y les une, y los subordina es su ideología militarista, antidemocrática, neofacista y violenta.
La Asociación Chilena del Rifle, de acuerdo a su Declaración de Principios dada a conocer hace pocas semanas, fue creada dicen para “proteger la vida, familia y patrimonio”, de sus integrantes tangencialmente a la práctica deportiva, el coleccionismo, la cacería, como una herramienta, aseguran, “que permite colaborar en el equilibrio de los ecosistemas”.
Es inevitable, considerar las acciones criminales de la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, en asesinatos, linchamientos y asesinatos de aborígenes y de ciudadanos negros afroamericanos, y la utilización en Chile, de civiles armados de ultraderecha en asesinatos de Chile, antes y durante el Golpe de Estado de 1973, y su actuaqcion criminal junto a las fuerzas represivas militares de la dictadura de Augusto Pinochet.
Habrá que estar atentos a las declaraciones y sobre todo a las actuaciones, de estos elementos y establecer los vínculos que tienen con la Derecha Chilena, y con los “servicios” correspondientes de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Por eso no deja de llamar la atención la declaración del general ® de Carabineros, Aldo Vidal, quién en El Mercurio del 28 de julio, manifiesta que, “la asociación como tal defiende un interés legítimo que tiene que ver con una actividad deportiva y/o recreacional. Las armas, dependiendo de su uso, pueden estar en manos de expertos, autorizados, regulados y fiscalizados. Lo importante es definir bien las exigencias, el tipo de armas y perfiles de esas personas y fiscalizar en forma permanente”.
El general Vidal desvía la discusión hacia un tema puramente policial: “El foco debe estar puesto en el porte y tenencia ilegal, por una parte aumentar la fiscalización focalizada, el trabajo investigativo dirigido, que permita desbaratar el comercio ilegal”.
Pero lo cierto es que las armas descubiertas en un local de la UDI en el centro de Santiago, las armas esgrimidas por violentistas de Derecha, y habitantes de Las Condes, Vitacura y otros sectores del llamado “Barrio Alto”, en la Araucanía, pero también en otros lugares del país, o clubes de tiro, el conocimiento de instrutores militares vinculados a civiles armados, no parecen alertar a las instituciones castrenes, policiales, judiciales o de la seguridad nacional.
El gobierno, por boca de su Subsecretario de Interior, Juan Guillermo Galli, siempre tan dispuesto a culpar de violencia a manifestantes e indígenas, es más cuidadoso con la Asociación Chilena del Rifle. El funcionario declaró que “Ellos tienen que ser xonscientes de que esas armas pueden ser utilizadas eventualmente para la comisión de delitos, y, por lo tanto, tienen que ser especialmente cuidadosos y estrictamente regulados” (El Mercurio, 28, julio, 2021).
Se trata de un tema particularmente importante para garantizar la seguridad y la vida de los ciudadanos.
Ya se sabe por lo menos de 4 mil 150 inscritos en la página web de la Asociación del Rifle, y El Mercurio señala el mates 27 de noviembre que sus voceros “aseguraban que la tasas de inscripción crece minuto a minuto”.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 2 de agosto 2021
Crónica Digital