Por Omar Cid*
Todo empezó temprano. El frío de la mañana y la pandemia, no impidieron que los manifestantes con alegría acompañaran a sus convencionales electos, hasta los alrededores del viejo Congreso Nacional. En lo práctico, la naciente convención estaba rodeada de vayas papales, carros antidisturbios, carabineros, periodistas nacionales y extranjeros.
La televisión uniformada, los principales medios radiales, cubrieron la sesión de inicio en clave noventera y binominal -así fue- hasta la acción destituyente de interrumpir la continuidad del orden, de este modo el continuo de la élite de doscientos años: quedó en entredicho.
La potencia transgresora, de instalar en la presidencia a Elisa Loncon Antileo, mujer perteneciente al pueblo mapuche, es el baño de realidad que la élite euro-centrada, colonial, genocida y pestilente necesitaba. Su primera intervención, se transforma en un giro lingüístico, cuya agenda política y social, instala la disputa civilizatoria. De este modo, los años neoliberales y sus consecuencias, son una parte del problema; en la medida que no dan cuenta de la falla geológica, cuya matriz de pensamiento es en sí misma es excluyente, antropocéntrica, limitada a un conjunto de lenguas y pensamientos con pretensión universal, civilizadora y evangelizante. Esa partitura única, ese relato totalitario, se ha vuelto impracticable e imposible de reproducir, porque el futuro es pluriverso.
Como era de esperar, el inicio formal de las sesiones de los convencionales no ha sido fácil, a los “problemas técnicos” hay que agregar el propio proceso de instalación, lo que en el futbol se conoce como reconocimiento del terreno o en jerga pugilística, el consabido round de estudio, previo al intercambio de golpes. En ese contexto, nace la primera declaración de La Convención Constituyente, instalando el tema de los presos políticos, tanto de la revuelta como del Walmapu, donde se solicita a los poderes del estado que se hagan cargo de sus propias decisiones arbitrarias y abusivas. La carta, no sólo es un duro testimonio, sino un instrumento público que genera un impacto político y puede traer también consecuencias judiciales, pensando en las víctimas y su camino en busca de justicia, donde se acudirá -como ya se ha hecho- a tribunales nacionales como internacionales. Los párrafos 3,4 y 5 poseen esa consistencia[i].
La dinámica interna de La Convención, representa un nuevo escenario con una derecha restringida e intentando ordenar lo que tiene, padeciendo el impulso complaciente de la copia feliz del Edén, buscando recrear en Marinovic o Cubillos a Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de La Comunidad de Madrid, como si el tufillo a Partido Popular español no generara una vinagrera estomacal de “madre y señor mío”. Por cierto, la variante del Centro Democrático colombiano, caracterizado por su afición a los falsos positivos,[ii] es otro calco que bien baila en las huestes patriarcales conservadoras: aplicándose en los hechos en La Araucanía. Tal impulso colonial o de blanqueamiento discursivo y de costumbres, no se encuentra únicamente en el mundo conservador, habita a modo de Chips por desinstalar, en las izquierdas y sectores progresistas, tema imposible de abordar en estas líneas. No obstante, lo señalo como punto a debatir.
Entre las curiosidades de este tiempo, destaca la interpelación de Doña Teresa, a la Presidenta de La Convención Elisa Loncon, por su discurso inicial y su definición refundacional de la acción constituyente. Con tono patronal, la señora Marinovic, le recuerda que: «no fuimos elegidos para eso, usted puede pensar que sí, pero no fue ese el encargo que recibimos». Uno podría interpretar el reclamo bajo una mirada procedimental y dejarlo ahí. Sin embargo, existe algo “cool” en el tono de la convencional del Distrito 10, lo que abre la posibilidad a leer su intervención como: “lave y planche, no se le paga para otra cosa”.
Desde su alteridad, La Machi Linconao, sostuvo en su primera intervención en ese espacio: «Yo soy machi autoridad tradicional del pueblo mapuche, yo represento al pueblo mapuche. Que se respeten las tierras, a los loncos y a toda La Nación Mapuche. Que se respete eso para escribir la nueva Constitución». Esa primera intervención, demarca el espíritu de frontera cultural, administrativa y territorial. Su segunda alocución, sirvió para reafirmar desde el lenguaje todo lo dicho con anterioridad, al dirigirse a sus pares constituyentes en su lengua originaria. Los medios tradicionales, se refirieron al hecho y sugieren que lo hizo para hacer notar la falta de traductores, e incluso que lamentablemente no podía ser entendida por la mayoría de los asistentes, hay interpretaciones para todos los gustos. En mi análisis, sostengo que La Machi, desde el corazón de su palabra río, bosque y Kultrún, nos expresa en humanidad y sonido la profundidad del conflicto, con quienes han leído y leen la historia matria, a partir de Pedro de Oña y su libro por encargo: Arauco Domado.
Para desgracia de ese imaginario, la pulsión social impugnadora dispuesta al desacato, se encuentra fuerte y expectante, no se deja inmovilizar por los circuitos tradicionales, por las discursividades aceptadas y valoradas bajo otras condicionantes históricas. El arte de la negación y ocultamiento, sumado a la prisión y exterminio no surten el mismo efecto. Los cambios de época, traen consigo contradicciones profundas. Al ocaso de una élite ensimismada, irrumpe una nueva forma de politicidad que se teje en un juego entre presente y pasado, de rostro femenino y multicultural. El futuro cercano, trae consigo nuevas sensibilidades, siempre bajo el riesgo del exceso de protagonismo que hace perder la visión del adversario histórico, no restringido a un modelo de economía, sino a una forma de vida. De ahí, la responsabilidad que cabe en quienes desde las diversas vertientes del pueblo, les toca hoy construir las bases del Chile que viene.
*Escritor
Subdirector de Crónica Digital
Santiago de Chile, 17 de julio de 2021
[i] https://drive.google.com/file/d/1tyLdjhzGBwpTMz5vsHfSfcDgP6sRiVXL/view
[ii] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48344919