Mari Mari kom pu che
Mari Mari pu lamngen
A Marcia Millaqueo Ibarra, hija de Feliciano Millaqueo Cayuqueo y de Carmen Ibarra Bravo, a quien su abuela materna llamaba la Champurria, que en Mapudungun significa mestiza (nacida de Winka y Mapuche), la vida le mostró, a través de sus experiencias laborales, la gran desigualdad que existe en Chile. Ello la hizo sentir la necesidad de buscar la forma de ser un aporte en el proceso para construir un país más justo. Fue así como llegó a militar en el Partido Progresista, y hoy, en el marco de los 10 años del PRO, relata cuales fueron sus principales motivaciones.
Vive en Calera de Tango, en la Región Metropolitana. Divorciada y feliz madre de tres hijos Luis, Marcia y Benjamín, es también madre adoptiva de dos peludos de cuatro patas que se llevan literalmente como perro y gato, Tommy y Gomball (bautizado así por su hijo menor en honor a un dibujo animado).
Toda su infancia y parte de la adolescencia la vivió en Talca, en la Región del Maule, origen que no puede sacarse de encima. “Por esto me arranco de Santiago siempre que puedo a disfrutar del campo y de todo lo bello que nos entrega la naturaleza y nuestra madre tierra (Mapu). Amo las caminatas por el campo, los caballos, subir cerros, bañarme en los ríos, leer bajo un árbol, etc.”, relata.
Fue su interés por aportar al planeta y al país lo que motivó su búsqueda de espacios que le permitieran desarrollar habilidades y destrezas para ayudar, pero su trabajo por casi 20 años como ejecutiva bancaria le permitió ver la realidad social. “Trabajé con segmentos denominados abc1, con pymes y, luego, con segmento llamado C3 (denominaciones en la banca). En el segundo y tercer segmento comencé a ver las carencias y necesidades que vive la gente en las poblaciones, el hacinamiento, la falta de oportunidades, las pensiones de miseria, los sueldos bajos, es decir, la gran injusticia de clases que divide a Santiago desde la Plaza de la Dignidad al Oriente y el Poniente, siendo este último absolutamente marginado”, cuenta.
Fue entonces, a fines de 2016, cuando comenzó a usar su horario de colación para buscar partidos políticos que representaran sus anhelos, convicciones y el sueño de habitar un país más justo y digno: “Me encontré entonces con las propuestas de gobierno de Marco Enríquez–Ominami, propuestas que representaban o encarnaban todo lo que yo buscaba y anhelaba para el país y su gente. Recuerdo que quede pegada leyendo el programa y las ideas de gobierno que consideraban un presente futuro promisorio para Chile en materias como educación, salud, Nueva Constitución, Estado plurinacional, descentralización y más. Decidí entonces escribirles a través de la página web y me contactaron enseguida. Ese mismo año me postulé como candidata a concejala en mi comuna e inicié un camino político en el Progresismo”.
La voz de las mujeres
En 2017 se postuló como candidata a Diputada por el Distrito 14, obteniendo el segundo lugar en votación del PRO después de la diputada Progresista electa ese año. En 2018 firmó su militancia y asumió posteriormente el cargo de Vicepresidenta de Género de la RM, “Ese cargo me hizo aprender y crecer enormemente, porque me planteó y exigió nuevos desafíos políticos, relevantes para las mujeres. Trabaje mucho con el objetivo de ser la porta voz de las mujeres de mi partido junto al Frente de Mujeres Progresistas Tati Allende”, cuenta.
Obtuvo la vocería en prensa junto a la CUT y se le abrió la posibilidad de escribir artículos con temática de género para El Siglo y la Radio Nuevo Mundo on line. Actualmente es dirigenta partidaria en la Región Metropolitana en el cargo de Secretaria Regional.
Desde su mirada actual, siente que lo que caracteriza y diferencia al Partido Progresista de otras fuerzas de izquierda, “es que el PRO nace como alternativa a gobiernos desgastados que habían abandonado las banderas del progresismo, me refiero a la ex Concertación, e instala políticas públicas e ideas progresistas para enfrentar las diferentes realidades que vive el país”.
Propuestas que hoy son Ley
Analizando las nuevas propuestas, no titubea al asegurar que “se han levantado nuevos partidos políticos de izquierda, como el Frente Amplio; sin embargo, y sin pretender pecar de soberbia, las banderas que enarbolan son las que tomó Marco Enríquez–Ominami hace muchos años atrás, cuando aún existía el binominal, cuando todo el mundo lo trataba como un iluso o un quijote, ¡Incluso le decían que fumaba opio! Hoy muchas de las ideas de Marco o son ley de la República, como la Ley aborto en tres causales, o son una realidad que pronto se escribirá, como la Nueva Constitución”.
Es por estas razones que no duda en invitar a las personas, y en especial a las mujeres, a “compartir una misma visión de futuro, los mismos sueños, las mismas convicciones y anhelos, a participar en política y en el Partido Progresista de Chile”, destacando que no es fácil, ya que en estos tiempos “es impopular ser político/a pero, lo he dicho en reiteradas oportunidades, la única vez que Chile no tuvo partidos políticos fue en la dictadura”.
Desde su rol de Secretaria Regional Metropolitana, analiza que, como país, “estamos en procesos de grandes cambios donde todo lo establecido hasta ahora se debe reestructurar y el Partido Progresista no está ajeno”, señala, refiriéndose a lo que ha sucedido luego de la revuelta social del 18 de octubre de 2019: “El pueblo se volcó a las calles a exigir dignidad y salieron también, junto a banderas chilenas, miles de Wuenufoyes (banderas mapuche), reconociendo, a mi parecer, la existencia de un Estado plurinacional, donde cohabitan más naciones y evidenciando además la búsqueda de identidad, destruyendo simbólicamente, junto a las estatuas, al sistema neoliberal y opresor imperante en Chile”.
Marcia llama la atención acerca de que, “coincidentemente, las mismas problemáticas que el PRO y Marco Enríquez Ominami pusieron sobre la mesa años atrás, son las mismas demandas que la ciudadanía sale a exigir a las calles de las ciudades y pueblos a lo largo de todo el país. Por eso creo que el Progresismo debe ser protagonista en la nueva etapa que está iniciando Chile”, sentencia.
Santiago, 7 de julio 2021.
Crónica Digital.