Por Luis Beatón
Demócratas y republicanos en Estados Unidos están enfrascados en el debate de una reforma policial en el país.
Existe un ‘estira y encoge’ entre los que hablan de eliminar la financiación al cuerpo de uniformados y quienes abogan por contratar más agentes para enfrentar la creciente criminalidad.
El excandidato presidencial demócrata en 1988, Michael Dukakis, respalda los esfuerzos del presidente Joe Biden con el fin de dar prioridad al apoyo de las fuerzas de seguridad y a la interrupción de la circulación ilícita de armas de fuego.
El mandatario está animando a las autoridades locales a utilizar el dinero de la ley de ayuda contra la Covid-19, de 1,9 billones de dólares y aprobada en marzo, para tener más personal policial.
Resulta un escenario complicado, y según Juan Williams, analista político del canal Fox News, Biden debe enfrentarse a la dinámica racial del crimen.
En su aproximación a una de las aristas del problema, el comentarista cita cifras que alarman. Los negros son el 13 por ciento de lapoblación, pero significan el 53,7 por ciento de las víctimas de asesinato en Estados Unidos, de acuerdo con datos de 2019.
El tema es tan candente que Biden y el fiscal general, Merrick Garland, celebraron recientemente una cumbre sobre armas y delincuencia en la Casa Blanca para anunciar planes dirigidos a evitar que la delincuencia aumente este verano.
‘Proteger a nuestras comunidades de los delitos violentos es una de las principales prioridades del Departamento de Justicia’, manifestó Garland, quien describió el incremento de dichos crímenes como ‘profundamente preocupante’.
Si se mira desde un enfoque racial, el asunto es contradictorio. El 89 por ciento de los negros que fueron asesinados en 2019 resultaron víctimas de otros negros, según el Buró Federal de Investigaciones.
Aunque los expertos en justicia penal no tienen una explicación clara para el aumento de estos casos, no se puede discutir que esas personas son las principales víctimas de la actual furia asesina, destacan informes.
Por otro lado, el 79 por ciento de los blancos asesinados perecieron a manos de otros blancos.
A juicio de Williams, ‘el hecho salvajemente desproporcionado de que más de la mitad de las víctimas de asesinato sean negras es solo una de las muestras de las vulnerabilidades en materia de crimen y policial a las que se enfrentan los negros y no los blancos’.
Los hombres afroamericanos tienen 2,5 veces más probabilidades de morir a manos de agentes uniformados que los blancos, de acuerdo con la Academia Nacional de Ciencias.
Encumbrados demócratas como el jefe de la mayoría de la Cámara de Representantes, James Clyburn (Carolina del Sur),se oponen a ‘desfinanciar a la policía’, algo en línea con la mayoría de los negros, que en una encuesta de marzo pasado dijeron que rechazan la eliminación del cuerpo.
Todo el debate en torno a las fuerzas de seguridad, la delincuencia y la justicia se agudizó en el último año.
El asesinato del afronorteamericano George Floyd en Minneapolis en mayo de 2020 atrajo más apoyo que nunca al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) y los llamamientos a una amplia reforma policial se hicieron más fuertes, con enormes protestas en muchas ciudades.
El debate está planteado en el Congreso de Estados Unidos y no son pocas las interrogantes, entre ellas, la creación de una policía comunitaria, para muchos la solución del problema.
(Tomado de Orbe)
La Habana, 3 julio 2021
Crónica Digital/PL