Chile realizó la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores regionales, cargo de nueva creación y seleccionado por voto popular, con una contundente derrota para los partidos de derecha.
En lo que medios locales calificaron como la “batalla de Santiago” por la enorme importancia de la Región Metropolitana, y donde se enfrentaban dos candidatos de la oposición, Claudio Orrego, de la Democracia Cristiana, venció con el 52,62 por ciento de los votos, a Karina Oliva, del Frente Amplio, con 47,38.
Significativamente, en la victoria de Orrego tuvo un gran peso el respaldo recibido desde las acaudaladas comunas del oriente de la urbe, con el voto masivo de la derecha a su favor.
En sus primeras palabras tras el triunfo, Orrego llamó a todos los que votaron a favor y en contra a sumarse a un “nuevo proyecto de justicia social” para el territorio, sin importar los colores políticos y trabajar por la democracia y las demandas de la población.
Asimismo se pronunció por “avanzar en los cambios sociales, con respeto y diálogo”.
Por su parte Karina Oliva al admitir su derrota, tras felicitar al vencedor consideró necesario trabajar para construir en la Región Metropolitana un gobierno para todos, y no solo para las fuerzas que han rechazado los profundos cambios que requiere el país.
En relación con los resultados generales, el bloque centrista Unidad Constituyente que llevaba ocho candidatos y aspiraba a la victoria de siete de ellos, cumplió sus pronósticos, mientras el Frente Amplio, de izquierda, de dos obtuvo la victoria de uno.
La derrota de la coalición de derecha Chile Vamos fue aplastante, pues de sus siete candidatos, todos fueron derrotados, mientras que los independientes llevaban nueve propuestas y obtuvieron cinco gobernaciones.
Esta elección tiene especial trascendencia pues por primera vez el voto popular decide este cargo, que forma parte de las medidas encaminadas a descentralizar el poder en Chile, ya que sustituye a los intendentes nombrados directamente por el Presidente de la República.
Al contrario de lo existente hasta ahora cuando prácticamente todas las decisiones de los territorios se toman a nivel central, el gobernador regional será el responsable de la administración de cada región y de velar por su desarrollo social, cultural y económico, elaborando políticas de desarrollo con cierta autonomía.
Para analistas el resultado de hoy brinda además una perspectiva de lo que pudiera ocurrir en las elecciones presidenciales convocadas para el 22 de noviembre próximo y la correlación de las fuerzas políticas a todo lo largo del país.
El aspecto negativo de esta cita con las urnas fue la bajísima asistencia, del 19,6 por ciento de un padrón electoral de poco más de 13 millones 40 mil electores, lo que constituye una de las votaciones más bajas que se recuerden aquí.
Santiago de Chile, 14 de junio 2021
Crónica Digital/PL