Durante el gobierno anterior al presidente Joe Biden, la Casa Blanca protagonizó un retroceso en materia de derechos, cuando entre otras, implementó políticas de inmigración inhumanas y promovió narrativas falsas que perpetúan el racismo y la discriminación, sostienen expertos en el tema.
La anterior administración insistió a menudo en presuntos abusos de los derechos humanos, pero sólo en los países que consideraba adversos, como Irán, Cuba, Venezuela, entre otros que no siguen sus dictados, y a menudo ignoró o restó importancia a abusos similares de los derechos en naciones aliadas.
Ahora Blinken insiste en que ‘defender los derechos humanos en todas partes es el interés de Estados Unidos’, y reitera fracasados argumentos contra otros estados sin detenerse a mirar mus propios y grandes problemas en esta área.
Washington acusa a otros por lo que es una práctica reconocida en su propio territorio, donde, por ejemplo, existen grandes disparidades raciales en la población carcelaria.
Cuando abordan los problemas de la mujer en el mundo, no reconocen que en su territorio la tasa general de encarcelamiento entre las mujeres afroamericanas fue casi el doble que entre las mujeres blancas y la tasa de encarcelamiento para los hombres afroamericanos fue casi seis veces mayor que la de los hombres blancos.
Los ejemplos en todas las área no faltan. Así en un día cualquiera, al menos 50 mil menores están recluidos y en los 50 estados los procesan en tribunales penales para adultos.
Según la ONG Citizens Committee for Children, aproximadamente 32 mil niños menores de 18 años están confinados anualmente en cárceles para adultos.
Las disparidades raciales persisten y por ejemplo, en 37 estados, las tasas de encarcelamiento son más altas para los niños negros que para los blancos, según The Sentencing Project.
Informes de prensa dejan ver los problemas con más crudeza. Un artículo del diario The Washington Post de 2019 plantea que en el país se aprecian palmariamente las disparidades raciales en el uso de la fuerza policial, arrestos, citaciones y detenciones rutinarias de tráfico.
La organización nada izquierdista Human Rights Watch documentó importantes disparidades raciales en la vigilancia policial en un estudio de caso en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, donde los residentes afroamericanos denunciaron repetidamente fueron víctimas de vigilancia policial abusiva.
Los ejemplos tocan un amplio abanico que va desde los problemas raciales hasta, por ejemplo, la eliminación de normas que protegen el medio ambiente y la salud pública.
Los informes anuales del país sobre derechos humanos del Departamento de Estado, publicados en marzo, excluyeron nuevamente el análisis de los derechos reproductivos de las mujeres, omitiendo información sobre la mortalidad materna prevenible y el acceso a métodos anticonceptivos, algo que Blinken dice que mejorarán.
En su denominada política de seguridad, Estados Unidos mantiene los asesinatos selectivos de presuntos terroristas en países como Yemen y Somalia, muchos con drones armados y se abstiene de divulgar el número de las víctimas de operaciones letales de la Agencia Central de Inteligencia.
Son muchas las áreas que descalifican al ‘juez’ para opinar sobre el mundo, y al respecto, el exembajador de Cuba en ese país José Ramón Cabañas dio una acertada definición en las redes sociales.
‘El @StateDept acaba de publicar un nuevo ‘informe’ sobre DDHH que en síntesis dice que EEUU es un faro de virtudes y el resto está muy mal. Terrible inicio para el ejercicio de limpieza de la maltrecha imagen que dejó el Trumpismo por todo el planeta’.
Washington, 31 marzo 2021
Crónica Digital/PL