Las profundas desigualdades existentes en Chile son el principal factor del malestar social en el país, indica el informe Latinobarómetro 2020.
Este estudio, que anualmente se realiza desde 1995 para analizar la situación del país, en su presente edición, que abarcó mil 200 entrevistas entre el 28 de octubre y el 26 de noviembre del pasado año, hace especial hincapié en el análisis de las causas de la revuelta popular que estalló en octubre de 2019.
En una escala del uno al 10 en la cual la menor cifra significa completamente inaceptable, y el 10 completamente aceptable, los encuestados dan a la desigualdad 2,32 puntos, intolerancia que, según Marta Lagos, directora de la Corporación Latinobarómetro, fue aumentando con los años, porque las diferencias no desaparecieron.
El estudio plantea que para el 79 por ciento de los chilenos donde más se expresan las desigualdades es en el acceso a los servicios de salud, seguido por las oportunidades de educación (69 por ciento) y la impartición de justicia (64).
Pero además la sensación de discriminación ha ido aumentando en la población a lo largo de los años, pues si en 2009 el 14 por ciento de los ciudadanos se sentía discriminado, en 2002 ya representaban el 34 por ciento.
El informe asegura que “se equivocaron los que habían calificado a Chile como un país exitoso y una excepción en América Latina, porque olvidaron preguntarle a la población qué opinaba e ignoraron la evidencia que estaba frente a su ventana”.
En este sentido, advierte que en el país siguen predominando los pobres (68 por ciento), mientras que, como clase media, aunque ha aumentado, solo se identifica el 39 por ciento, lo que establece una discrepancia entre el discurso gubernamental y la percepción de la población y evidencia otro de los desencuentros entre los que mandan y la ciudadanía.
Asimismo. revela que en Chile la democracia goza de creciente respaldo hasta alcanzar 61 por ciento en 2020, pero al mismo tiempo solo el dos de cada cien opinan que el país disfruta de una democracia plena, y mientras que para más de la mitad padece serias deficiencias.
Incluso, aunque el 54 por ciento dice que votar permite resolver los problemas, el 32 por ciento admite el valor del sufragio pero apoya la protesta popular para exigir soluciones.
En una escala de diez puntos, la ciudadanía evalúa con más de seis la disposición a protestar “para mejorar la salud y la educación; por una sociedad más igualitaria, para luchar contra el abuso y la corrupción, por mejores salarios y condiciones de trabajo, por la defensa de los derechos democráticos y por el cambio climático”, detalla el informe.
Santiago, 26 de enero 2021.
Crónica Digital / Prensa Latina.