El cierre hoy de una termoeléctrica a carbón en Punchuncaví, una de las localidades más contaminadas de Chile, se suma a los intentos de las autoridades por avanzar en la descarbonización de la matriz energética.
El cese del funcionamiento de la central Ventanas 1 forma parte de un plan de cierre de plantas generadoras de energía que emplean carbón, anunciado por el gobierno el año pasado y que seguirá el próximo jueves con una medida similar en la termoeléctrica Bocamina I, ubicada en Coronel, otra localidad golpeada por una contaminación extrema.
Según lo previsto, hasta 2024 se prevé la salida de operaciones de 11 unidades que emplean ese mineral para la producción de electricidad, equivalentes al 30 por ciento de la capacidad instalada de generación en este país sudamericano y que tiene como fecha tope el año 2040.
Ello forma parte de una estrategia para hacer de Chile carbono neutral para 2050, y que incluye el uso de electromovilidad en el sistema de transporte público; aumentar el fomento de los bosques y la eficiencia energética, y sustituir los combustibles fósiles por las energías del sol, el viento, las mareas y la geotermia.
En ceremonia desde el palacio de La Moneda, el presidente Sebastián Piñera, dio la orden de apagar la planta al ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, quien se encontraba en la central, ubicada en la región de Valparaíso.
El mandatario señaló que Chile carece de combustibles fósiles pero es muy rico en las energías renovables y “debe transformarse en una potencia de exportación de energías limpias”.
Actualmente, el país cuenta con proyectos de inversión por más de 28 mil millones de dólares, que le permitirán transformar su matriz energética, hasta alcanzar para el 2030 el 70 por ciento de la generación de electricidad mediante fuentes renovables, aseguran las autoridades.
Santiago de Chile, 29 de diciembre 2020
Crónica Digital/PL