Por Omar Cid*
El estado del arte, como dicen los siúticos, es la confirmación de una élite acumuladora hasta el hartazgo, ignorante, mezquina, corrupta y colonizada. La situación, es que pese a las cuentas alegres los partidos del “orden”, son incapaces de convocar a un número convincente de ciudadanos. Fétido y trasnochado, es el empeño de diversos analistas, al tratar de dar alguna importancia a esos guarismos, intentando examinar desde la dinámica del box o la pelea corta, algunos de sus efectos colaterales. Están en su derecho, a cualquiera le gusta apostar y transformarse en vocero de los púgiles alicaídos. No obstante, bajar el perfil u evadir el tema relevante de la jornada, habla de la perversidad de ciertas agendas que se pretenden imponer sin ningún decoro.
Desde el escaño de simple lector, sugiero dos posibilidades. La irrelevancia política de quienes firmaron el mal llamado “acuerdo por la paz”. O como alternativa, el definitivo desplome del escenario pos-dictadura. Cuyo desastre, arrastra a los nietos de las coaliciones de la democracia secuestrada (FA y EVOPOLI).
La crisis adquiere diversos rostros. Desde donde se le intente capturar con el objetivo de practicar la destreza del ocultamiento, se vuelve cada vez más versátil y aguda. Hubo quienes, apostaron a la alternativa de canalizarla por medio del plebiscito, desactivando las fuerzas sociales desatadas, los hechos hablan por sí mismos: fallaron.
Los académicos, sacarán cuentas en torno a las opciones conducentes a pacificar el conflicto instalado. Recurrirán a la historia del país, a los teóricos preocupados del tema. Desglosarán los elementos tácticos, estratégicos e intentarán dilucidar los fines políticos. Los ojos, estarán atentos a las jugadas en marcha, asesores y analistas se desplazan por todo el escenario de operaciones: el político, económico e informativo.
En ese cuadro, las primarias presentadas como un elemento de participación, ocupan su lugar en la trama de la democracia secuestrada. Esa que recibió un golpe mortal el 18 de octubre. De ahí que el simulacro, cumpla en este caso una sola función, contemplar la soledad en la que se encuentra la institucionalidad política, constatar los exiguos pisos de votantes de cada una de las colectividades insertas en El Congreso. Esa verificación, abre el escenario para que irrumpan no se sabe qué tipo de pulsaciones.
Lo que ocurra en abril es una incógnita. Lo archisabido, salvo por Piñera y sus ministros, es que iba a existir un segundo retiro del 10%. Colocado el gobierno de la élite entre la espada y la pared, intentó negociar desde “la legalidad” como si dicha categoría estuviera en el top de lo legítimo y aceptado por los ciudadanos. Lo concreto, es que Ponce Lerou, Délano, Lavín y otros en la lista de los ricos en Chile, están siendo subvencionados por el Estado. Por todos los chilenos, con el aval de funcionarios públicos resguardados por el Presidente de La República.
El giro táctico, provocado por la oposición. Golpea además, la base del modelo neoliberal, albergado en las cuentas de ahorro de los trabajadores. En ese sentido, la presión estratégica, al mantener en jaque a la minoría acostumbrada a tener acceso a esos recursos, provoca la pornografía discursiva de Bernardo Larraín Matte[1] en la SOFOFA[2].
Los “patipelados” podemos apreciar, como desde la frivolidad de la comarca del 20%, se pretende retomar el derecho de veto, por parte de un puñado de privilegiados que actúa bajo el único horizonte que parece darles un sentido: defender sus prerrogativas.
Diciembre que en otros momentos, se caracterizaba por un espíritu distinto. Fraccionado entre el comercio y los compromisos familiares. Tironeado por el consumo, ve alterado ese itinerario desde los cimientos. La conciencia de quebrar o hacer estallar, el continuum de la historia, como lo afirmara Walter Benjamin en sus famosas Tesis trabajadas en 1940, son un estímulo a distinguir “los signos de los tiempos”. Las míticas comunidades de base latinoamericanas, inspiradas en el Concilio Vaticano II, los documentos de Medellín y Puebla, donde se dio cuenta de lo que se ha visto y oído en el continente latinoamericano, son un ejemplo de práctica y reflexión.
El 2020, cierra con buenas nuevas. Aires distintos se avizoran al cruzar la cordillera y el desierto. Se ha despertado como pueblo y comunidad en construcción. Incluso se aísla, a los representantes del Chile que se resiste a morir. La ciudadanía se da el lujo de contarlos con la punta de sus dedos. Son los que votan por el pago de impuestos, para los sectores medios, mientras ellos practican la elusión y se niegan a la tributación de los súper ricos. Son los que negocian la letra chica que busca salvar el negocio de las AFPs. Son los que no quieren escaños destinados a los pueblos originarios y se aferran a los 155 constituyentes. Son los que pretenden imponer el imaginario de una minoría, aferrándose cual fariseos a las tablas de la ley de la Constitución de Pinochet. Aun así, diciembre está cargado de buena nueva.
*Escritor
Subdirector de Crónica Digital
Santiago de Chile, 4 de diciembre 2020
[1] https://www.elmostrador.cl/dia/2020/04/27/estudio-revela-que-grupos-luksic-said-saieh-yarur-matte-y-solari-son-los-principales-beneficiados-de-las-platas-de-las-afp/
[2] “Los mismo que sostuvieron el anterior retiro del 10% desde los fondos de pensiones, que sería excepcional y único, hoy junto con muchos más parlamentarios se suman con entusiasmo a las elusiones constitucionales para desfondar los fondos de las pensiones futuras, cuando la principal demanda de los ciudadanos era mejorarlas”. (La Tercera, 17 de nov.2020)