En ese sentido, dijo, la campaña de Trump trabajó para inventar falsas teorías de conspiración para desacreditar al demócrata Joe Biden, trataron de suprimir el voto denigrando la legitimidad de las papeletas de sufragio por correo durante una pandemia, limitando el acceso a las urnas y a los colegios electorales, entre otras acciones.
Aseguró Rice que en el período previo al día de las elecciones, el presidente envió un ejército de litigantes a los tribunales para restringir el acceso a las urnas y desde la elección, su equipo legal intentó repetidamente detener el conteo de boletas y desechar los votos legítimamente emitidos que más probablemente favorecieron a Biden.
Subrayó la exdiplomática que la elección de 2020 demostró ser una de las más limpias y, según altos funcionarios de EE.UU., la ‘más segura’ en la historia de nuestra nación.
No hay pruebas, ni siquiera creíbles, de irregularidades significativas en la votación, y mucho menos de fraude. Los funcionarios estatales y locales republicanos y demócratas cumplieron en gran medida sus responsabilidades legales, llevando a cabo los procesos de tabulación y certificación de manera honesta y transparente, aseveró Rice.
Puntualizó que la administración republicana dejó una lección que debemos aprender. ‘Un autócrata decidido en la Casa Blanca representa una grave amenaza para nuestras instituciones democráticas y puede socavar gravemente la fe en nuestras elecciones, en particular cuando está respaldado por los partidarios en el Congreso’.
Washington, 2 diciembre 2020
Crónica Digital/PL