Por Marcel Garcés Muñoz
Según parece, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera y su bloque derechista empresarial, se ve enfrentado a la necesidad de ofrecer un frenesí de amenazas, chantajes y populismo demagógico, a fin de aparentar mantener ”la iniciativa”, de estar gobernando”, en momentos en que todo parece confirmar lo contrario, y las voces de su propio sector, y del empresariado le dicen al rey que “está desnudo”, que padece del síndrome del “pato cojo”, y que solo se mantiene en La Moneda para administrar su retiro.
Al respecto es sintomática la toma de posición de las más importantes asociaciones de empresarios nacionales que en la crisis buscan salvar lo estratégico de sus intereses y posiciones, dejando de lado la retórica elemental del presidente y sus ministros, que en realidad les parece excesiva, francamente previsible y definitivamente poco creíble, y preparando aceleradamente la operación “salvataje” ( o sálvese quien pueda), que estiman inevitable.
El presidente de la máxima organización gremial del empresariado nacional, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Juan Sutil, fue enfático, en declaraciones a Radio Universo, en el marco del Encuenro Nacional de la Industria, (18 de noviembre, recién pasado), organizado por la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA, ambas entidades que han preparado en sus centros de estudio, un plan político para salir de la crisis del sector y de la Derecha chilena, y al margen de La Moneda.
Dijo Sutil: “Hoy día la gestión del Gobierno es deficiente. En materia política es deficiente”.
El principal líder empresarial agregó, en relación al segundo retiro del 10 por ciento de los fondos de pensiones,, propiciado por el Ejecutivo, en un gallito con la Cámara de Diputado, apropiándose de los principales contenidos de la propuesta original de la Cámara Baja, que, “yo como chileno o como presidente de los empresarios me siento bien desolado.. Porque siento que estamos en una posición (…) donde no tenemos un camino de encuentro. Y estamos en este minuto en veredas distintas. Esa es mi mirada de la política chilena”.
Por otro lado, la crítica acerba del analista de El Mercurio, y rector de la Universidad Central, Carlos Peña, este domingo 22 de noviembre no deja lugar a dudas de la reflexión que se está haciendo desde los centros de estudio y de elaboración de la plataforma ideológica de la derecha empresarial más pragmática para la defensa del modelo neoliberal y sus intereses económicos y políticos estratégicos.
Según parece, estima Peña, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera y su bloque derechista empresarial, se ve enfrentado solo de dar desesperadas brazadas de ahogado.
La Moneda, preocupada de “recuperar la iniciativa política” no ha vacilado en quemar lo que antes adoro, y tragarse no solo su orgullo sino los “principios” que justificaron su rechazo y condena al retiro del 10 por ciento, que en el primer retiro, afirmó, violentaba sus facultades y atributos constitucionales, indica Peña.
Por ello, afirma, que proponer el segundo retiro de fondos “es entonces simplemente una muestra de hipocresía política: apretar los dientes para disfrazar el propio fracaso”.
“La recuperación de la iniciativa política” es en realidad la confesión de una incapacidad total y es que una cosa es la incapacidad de ordenar a las propias fuerzas políticas y otra cosa es la incapacidad de sostener, con un mínimo de dignidad intelectual, las propias razones. Lo primero es, hasta cierto punto, inevitable, lo segundo no. Usted puede perder el apoyo de sus fuerzas políticas, pero no puede abandonar sin más sus razones, puede perderlos a todos, pero no puede perderse a sí mismo” sostiene el catedrático.
“La diferencia entre comportarse como “una hoja movida por el viento (la expresión es de Aristóteles) o, en cambio, como un político de veras, alguien que es capaz de sostener una cierta voluntad guiada por ideas y por reflexiones. Pero una vez que las ideas y las razones se dejan de lado- y se adquiere la costumbre matutina de humedecer el dedo y levantarlo para averiguar la dirección del Viento,- el político simplemente abdicó de sí mismo”, reflexiona Peña.
Y eso es lo que parece haber ocurrido con este gobierno, apunta.
Ocurre, escribe, que “habiéndose dado cuenta del fracaso, ha decidido renunciar a sí mismo con el fin de salvar las apariencias y sostener en pie la simple escenografía del poder”.
El presidente, establece, “será recordado como el presidente de un gobierno náufrago, uno que en los últimos meses decidió ocuparse solo de bracear, despojándose de todo con tal de llegar a la otra orilla”.
Peña concluye que, “este gobierno- se confirmó esta semana cuando apoyo el segundo retiro del diez por ciento- es de náufragos: preocupados solamente de bracear, mantenerse a flote hasta alcanzar la orilla”.
Así se explica esta campaña incesante de desprestigio, de una ofensiva presidencial contra las facultades de la Cámara de Diputados y del Senado, de llevar a tal grado de exacerbación la confrontación del Ejecutivo con el Poder Legislativo, que se confunde con una virtual guerra civil, como antes lo ha hecho y mantiene contra la Contraloría y el Poder Judicial.
Y la utilización del Tribunal Constitucional, como tercera cámara dirimente, en beneficio de sus tentaciones totalitarias y antidemocráticas, de su altanería.
El colmo de esta actitud derechista se ejemplifica con la opinión del diputado UDI. Javier Macaya, contra el nuevo General Director de Carabineros, Ricardo Yáñez, al que en conversación con el también UDI, Patricio Melero, y en plena sesión de la Cámara Baja, el 19 de noviembre, caracterizó como “este huevón es más zurdo que la chucha”, agregando que “su familia (que es de San Fernando) es de izquierda, izquierda, izquierda”, según se escuchó claramente en la trasmisión oficial de la sesión, gracias a un micrófono abierto, demostrando no solo su descriterio, sino su esencia discriminadora, clasista, antidemocrática, sectaria, en suma pinochetista.
Así el gobierno exhibe sus arrestos totalitarios, amenazantes y demagógicos, su desafío a la institucionalidad democrática, e irrespeto a los poderes del Estado y sus facultades constitucionales y su rol ciudadano. El circunstancial ocupante de La Moneda, se mantiene apegado a sus retórica sin sustancia, sus maniobras populistas, su incapacidad de gestión, su crisis de gobernabilidad, en medio de la desconfianza de su propio sector, y de un rechazo ciudadano nacional.
Pero el problema principal es el hoy.
Lo que se evidencia es el desprecio del Ejecutivo por las reglas de la democracia y por las facultades y autoridad del Legislativo.
Parecería que a La Moneda le molestan la Cámara de Diputados, el Senado y el principio del equilibrio de poderes, y sus facultades, que son la tribuna de la ciudadanía, y también los órganos de la Justicia y del control de la probidad de las autoridades del Estado.
Les molesta, a La Moneda, la Derecha, los empresarios y los poderes fácticos, la democracia participativa. Preferirían gobernar por decreto, que es el primer paso hacia la dictadura, al totalitarismo, la violación de los derechos ciudadanos y de los derechos humanos, atributos esenciales de la institucionalidad democrática.
Les repugna la crítica, la opinión disidente, los derechos de opinión, de expresión, la práctica de la democracia y los derechos ciudadanos.
Y la pérdida de ello ha costado demasiado caro a la democracia, a los ciudadanos, por lo que se justifica el claro rechazo y la protesta ciudadana frente a semejantes pretensiones.
Ello debe materializarse, sin mayores dilaciones ni cálculos mezquinos, en la composición de la Convención Constitucional en los contenidos de la nueva Constitución para el Chile del siglo 21.
Y en la defensa ciudadana de todo el proceso histórico en marcha.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 29 de noviembre 2020
Crónica Digital