La expresidenta brasileña Dilma Rousseff afirmó que la nueva confesión del exmandatario Michel Temer revela que el golpe que la apartó del poder en 2016 resultó de naturaleza parlamentaria, mediática, judicial y también militar.
En una nota publicada en su portal de Internet, Rousseff denunció que Temer “no solo se benefició de un golpe de Estado, sino que también participó directamente en la creación de un plan militar para sostener la ruptura de la normalidad democrática”.
Ahora, remarcó, ante tal sinceridad, gana veracidad lo dicho por el senador Romero Jucá, en una conversación legalmente grabada y filtrada en aquel momento, de que el entonces vicepresidente buscaba apoyo en los cuarteles y “los militares dieron al menos luz verde al golpe y, para evitar manifestaciones, vigilaban al MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra)”.
La página oficial del Partido de los Trabajadores (PT) señala por su parte que Temer, quien conspiró para derrocar a Rousseff, “confesó finalmente lo obvio: actuó desde el principio para promover el juicio político con el golpe de 2016, poco después de que ambos fueran reelegidos en octubre de 2014”.
Eso, señala el PT, es lo que dice en el libro “La elección” o mejor “Diario de un golpe de Estado”, una especie de memorial y autobiografía, lanzada hace unas semanas.
Tratando en vano de venderse como un personaje de intenciones nobles, Temer intenta crear la ilusión de que el poder cayó en sus manos por obra y gracia del azar, alerta el PT.
El miembro del Partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB) admite que desde 2015 estuvo en estrecho contacto con los militares –incluyendo al general Sérgio Etchegoyen y el entonces comandante del ejército, general Villas Bôas–, conspirando para derribar a la entonces Presidenta.
Según el PT, el exgobernante, “acusado de corrupción, pero que actúa sin impedimentos, trabaja hoy como interlocutor de Jair Bolsonaro, al que siempre elogia”.
Para el Partido de los Trabajadores, “Temer tiene qué celebrar: el golpe de 2016 es la herida nacional abierta que erosionó las instituciones y abrió la puerta a la elección del primer jefe de Estado sin ningún compromiso con Brasil y el futuro del país”.
Brasilia, 6 de noviembre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.