El diálogo telefónico de Shoigu con sus colegas de Armenia y Azerbaiyán se produce cuando aminoran los combates entre las fuerzas de esos dos estados en Nagorni Karabaj, mientras crecen las versiones encontradas de ambas partes beligerantes.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, señaló que entre las condiciones para aceptar un cese de hostilidades esta la salida de Turquía del conflicto, y de todos las formaciones extremistas armadas foráneas.
El conflicto no puede ser resuelto por la fuerza, acotó.
De su lado, el presidente azerbaiyano, Iljam Aliyev, declaró al canal Euronews que el fin de los combates no puede ser unilateral y denunció una agresión a su país por parte de Armenia.
En Bakú, el Ministerio de Defensa informó que destruyó un dron armenio en la frontera entre los dos países y 10 tanques a las fuerzas de Nagorni Karabaj.
La parte azerí destacó, además, que las fuerzas armenias atacaron la zona por donde pasa el oleoducto Bakú-Tiflis-Dzheijan. Tal versión fue desmentida por la jefatura militar en Ereván.
Al mismo tiempo, Pashinian hizo un llamado a la comunidad internacional a reconocer la autoproclamada independencia del enclave de Nagorni Karabaj, pues estimó que sin ello de ninguna forma se podrá poner fin a la catástrofe humanitaria en esa región montañosa.
Desde el pasado 27 de septiembre, Armenia y Azerbaiyán están enfrascadas en un conflicto en torno a Nagorni Karabaj, aunque ese diferendo se remonta a 1988, antes de la desintegración de la Unión Soviética de la cual formaban parte ambos Estados.
En 1994 se logró pactar un armisticio con el auspicio del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, copresidido por Rusia, Estados Unidos y Francia. Estos llamaron en una declaración al fin de las hostilidades y al diálogo, sin condiciones.
Moscú, 7 de octubre 2020
Crónica Digital/PL