La crisis de Carabineros de Chile continúa hoy en el foco de atención con nuevas evidencias y más exigencias de una restructuración de esa institución y la renuncia de su director, general Mario Rozas.
El cuerpo policial anunció anoche que el carabinero acusado de empujar a un joven al río Mapocho el viernes pasado causándole graves heridas, será expulsado de la institución, porque ahora salió a la luz que el agente “portaba una cámara personal ajena a la institución y no autorizada”, lo que no había sido informado a las autoridades.
El carabinero Sebastián Zamora, de 23 años, fue puesto el domingo en prisión preventiva por la Fiscalía, mientras dure la investigación del caso.
Tras conocerse esta nueva evidencia, en un comunicado el Ministerio del Interior ordenó al cuerpo policial entregar todos los antecedentes a la Fiscalía y colaborar en la investigación, “así como también la aplicación de las medidas que correspondan”,
Pero si los sucesos del viernes pusieron en primer plano la violencia en el accionar de la policía, el deterioro de la imagen de carabineros se acentúa aun más, luego de que la Fiscalía Metropolitana Oriente confirmó este martes la detención de tres carabineros por el delito de tortura.
Ello, tras la investigación de una denuncia sobre acciones de ese tipo ocurridas el 20 de octubre de 2019, a solo dos días del estallido social, contra al menos dos adultos y cuatro menores en una comisaría de la comuna capitalina de Peñalolén, y de lo cual, según reportes de la prensa, existen grabaciones.
En tanto, partidos de oposición confirmaron que mañana jueves presentarán una acusación constitucional contra el ministro del Interior, Víctor Pérez, por protección y apoyo del titular al cuerpo de Carabineros, tras los sucesos del viernes.
Asimismo desde la oposición se aclaró que la acusación no está condicionada a una eventual salida del director de Carabineros, general Mario Rozas.
Este paso fue cuestionado por el vocero del Gobierno, Jaime Bellolio, quien dijo que carece de fundamento jurídico y solamente tiene motivaciones políticas.
Por su parte, y a pesar de que su posición es cada vez más
delicada, el general Rozas declaró a la prensa que no renunciará porque tiene un mandato que cumplir, y su salida es decisión del presidente Sebastián Piñera.
Hasta hora el alto oficial cuenta con el apoyo del gobierno y de los partidos de derecha, que consideran que la salida de Rozas no resolverá nada y agudizará la crisis.
Pero políticos y legisladores de oposición insisten en que la renuncia o destitución de Rozas, es lo mínimo indispensable para iniciar un profundo proceso de restructuración de Carabineros, que a juicio de muchos, requiere más bien una refundación.
Santiago de Chile, 7 de octubre 2020
Crónica Digital/PL