Para investigadores, congresistas de oposición, columnistas y politólogos esta reacción en el país, con algunas similitudes a las protestas de noviembre del pasado año, va más allá del asesinato de Ordóñez.
En lo que va de 2020, más de 50 masacres con decenas de muertes, la mayor parte jóvenes; la erradicación forzada de cultivos ilícitos en vez de la sustitución de estos como está previsto en el Acuerdo de Paz por sembradíos de plantas para la alimentación y maderera, genera enfrentamientos entre campesinos y el ejército, también con muertos y heridos como resultado.
El asesinato de casi 300 excombatientes reincorporados a la vida civil desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, la violación de niñas indígenas por militares y otros hechos similares reconocidos por el propio ejército, son causas suficientes para la indignación en el país, aseguran.
¿Pero qué hacen las autoridades? ¿Qué hace el gobierno de Iván Duque? ¿Dónde están las investigaciones, los procesados y los presos por tales delitos que algunos podrían considerarse de lesa humanidad?
Cada respuesta es un eufemismo: a las masacres, el gobierno y el propio Duque, las llaman homicidios colectivos; a la reforma de la policía que pide a gritos el pueblo, la denominan modernización, y nada pasa.
El senador por Alianza verde Antonio Sanguino recalca que la policía necesita una reforma para que sea una fuerza pública para defender, proteger y garantizar los Derechos Humanos y no para violarlos.
La impunidad campea a su aire y al decir de senadores de oposición el Acuerdo de Paz lo están haciendo trizas, sobre todo en lo concerniente al gobierno.
El partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, trabaja, asegura y reitera que cumplirá con ese acuerdo que devino en la gran esperanza de pacificación para este país.
La exsenadora y defensora de los derechos humanos Piedad Córdoba recalca que el presidente Iván Duque, en su doble condición de jefe de Estado y comandante supremo de las Fuerzas Armadas es el responsable de parar esta ola de violencia que ahoga en sangre a Colombia.
En tal sentido el senador de Polo Democrático Alternativo Iván Cepeda responsabilizó a Duque por todos estos actos criminales en la nación suramericana.
‘Que el mundo sepa que el Presidente y el gobierno colombianos son cómplices de violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad perpetrados por la Policía Nacional’, enfatizó.
Aseguró que las acciones planificadas de carácter criminal en la Policía y en el Ejército, no son espontáneas ni ‘excepcionales’, son sistemáticas y generalizadas.
‘Desde hace décadas la Policía y muchos de sus agentes cometen crímenes de lesa humanidad, tortura, desaparición forzada’, remarcó Cepeda.
Para Daniel Coronell, en su columna dominical en el espacio Los Danieles, a Duque le quedá grande el cargo de presidente.
‘Ha gobernado usted, con más pena que gloria, durante dos eternos años en los que sus mayores esfuerzos se han concentrado en el espejo retrovisor y en socavar el proceso de paz. No tanto porque piense que es lo mejor para el país sino porque sabe que esa postura halaga a su líder (Álvaro Uribe) a quien usted -en aberrante extremo de adulación- ha llamado ‘presidente eterno’.
Todo esto ocurre en medio de la pandemia de la Covid-19 que parece incontenible con más de siete mil contagios y más de 200 muertes cada día.
Bogotá, 13 de septiembre 2020
Crónica Digital/PL