Un informe oficial de las Naciones Unidas critica severamente la conducta del gobierno de Jair Bolsonaro en el combate contra la pandemia de COVID–19 en Brasil, donde hoy se registran más de 128 mil muertes por el patógeno.
Según el columnista Jamil Chade, del portal de noticias UOL, el documento se presentará en el Consejo de Derechos Humanos del organismo internacional en la segunda mitad de septiembre.
Revela que el gigante suramericano aparece entre los países que presuntamente cometieron trasgresiones de sus deberes legales en materia de derechos humanos por el comportamiento adoptado ante la crisis sanitaria.
De acuerdo con Chade, el Gobierno de Bolsonaro resultó blanco en las últimas semanas de denuncias en el Tribunal Penal Internacional, con sede en Países Bajos, por la forma en que respondió ante la pandemia.
Grupos de organizaciones no gubernamentales, sindicatos y otras entidades presentaron sus peticiones a la Corte, y uno de los puntos destacados en el informe de la ONU respecto a Brasil fue la falta de previsiones por la administración ultraderechista y la negación de la gravedad de la enfermedad.
“En el caso de la COVID–19, en general, hubo una notable falta de precaución por parte de estados y empresas, desde el uso económico de máscaras faciales hasta la información sobre el riesgo de propagación aérea, pasando por la naturaleza mortal del propio virus”, señala el contenido.
Otro aspecto hace alusión a la situación de los pueblos originarios. “La COVID–19 devasta las comunidades indígenas como la trágica historia de la viruela, que diezmó a muchos pueblos de América y de otros lugares”, apunta el pliego.
Advierte que en Brasil las comunidades yanomami enfrentan una crisis de salud y existencial por el contacto con garimpeiros (buscadores de minerales) ilegales.
El informe increpa asimismo a ciertos líderes gubernamentales, que en vez seguir el asesoramiento científico para adoptar medidas más rigurosas de prueba y freno al virus, presentaron argumentos deshonestos en apoyo de sus planteamientos.
En particular, detalla, “la justificación económica para no imponer la contención, sacrificando efectivamente las vidas de sus ciudadanos, en particular de las comunidades de bajos ingresos, las minorías, los trabajadores y personas de avanzada edad”.
Una pandemia de esta magnitud era prevenible. “El fracaso se debe a que jefes de Gobierno anteponen intereses económicos o políticos a las preocupaciones nacionales en materia de salud”, denuncia el documento de la ONU.
Brasilia, 10 de septiembre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.