Pot Marcel Garcés Muñoz
Estamos en el momento de preparar la victoria del Apruebo una Nueva Constitución y una Asamblea Constituyente que abra paso a un Chile más justo y digno del siglo 21, del rechazo ciudadano a los enemigos de la democracia.
Es el momento histórico de la defensa colectiva de la democracia plena, representativa de todos los ciudadanos, de sus derechos políticos sociales, humanos, de la justicia en sueldos, de la lucha por pensiones dignas y seguras, salud, educación gratuita y de calidad, progreso, cultura.
Estamos en el tiempo de la unidad de las mayorías ciudadanas en marcha, de la voluntad del camino hacia una nueva Constitución, de hacer valer la voluntad expresada de manera inequívoca por el pueblo, la ciudadanía, la calle, todas expresiones de una necesidad histórica indesmentible.
La tarea de hoy es el Apruebo. Por el futuro, por la convivencia nacional, por un Chile soberano y justo.
Y para ello hace falta, más y más, la voluntad de participar, protagonizar, comprometerse, poner el corazón y el alma, la creatividad, en la campaña.
Y parece que no hiciera falta recordar que solo la unidad de los demócratas, hizo posible el fin de la dictadura, y el compromiso colectivo con la recuperación democrática, que permitió victoria tras victoria, algunas pequeñas, complejas, lentas, en una ruta no exenta de conspiraciones militares, trampas económicas y tentativas políticas reaccionarias, que abrieron horizontes y esperanzas.
Pero se lograron avances en que cada cual hizo su aporte y ahora es la hora de sumar más aún.
Nada ha sido fácil en el proceso de recuperación de la democracia, incluso en el campo de los que integraron el campo de los que dijeron No a la mantención de la tiranía de Pinochet y su Santa Alianza de militares, empresarios y políticos derechistas, subordinados a la estrategia de Washington ,en el Plebiscito de octubre de 1988.
El aprendizaje ha sido a veces áspero, pero unos y otros hemos aprendido de esta práctica.
Ahora, no hay tiempo que perder. La magnitud de la misión que la historia ha puesto ante nuestro horizonte inmediato no admite dilación, reticencia o cálculos mezquinos.
Pero también lo que está claro es que hay muchas fuerzas fácticas, políticos que añoran los buenos tiempos de la dictadura, y gente de gobierno que conspiran contra la democracia desde La Moneda, inventando y difundiendo pretextos para frustrar el proceso.
Sin ir más lejos, este viernes 28 de agosto, el propio presidente Sebastián Piñera, en una de sus habituales show políticos, esta vez desde Iquique, declaró que no es partidario de buscar la forma de garantizar que voten en el Plebiscito del 25 de octubre los contagiados con el Covid, con el pretexto de que “lo primero es la salud”.
De esta forma desestimó – desautorizó- lo declarado por el Presidente del Consejo Directivo del Servel, Patricio Santamaría, que había planteado en apoyo a la población con dificultades de desplazamiento a los centros de votación masivos, la alternativa del sufragio a domicilio, precisando en declaraciones de prensa que había “espacio. Se puede legislar. Se ha hecho en 24 horas. Se podría hacer con mucha rapidez. Yo haría el esfuerzo”, recalcando la entidad de que el Servel, “ continuarìa trabajando a toda máquina para poder tener todas las medidas de seguridad”, y que “la autoridad sanitaria haga lo suyo”.
Este viernes 28 de agosto, Piñera dio el portazo final a la alternativa de garantizar el voto de todos los chilenos en el Plebiscito, aduciendo que se está “a menos de 60 días”, del acto plebiscitario, y que en dicho periodo no se pueden hacer “reformas constitucionales”.
Sin más, en un desusado “punto de prensa” en que un solo periodista- estuvo autorizado a hacer las preguntas, el Presidente clausuró el debate, estableciendo que “aquí tenemos dos valores que se contraponen, por una parte la Constitución establece un derecho, que es el derecho a votar pero también establece un derecho que es el a la salud y en este caso esos dos valores entran en confrontación. Por eso el Gobierno ha dicho que lo primero es la salud y que las medidas sanitarias están para proteger la salud y la vida de nuestros compatriotas, evitando que se expongan ellos mismos o arriesguen la salud y vida de los demás”.
Pero además, el Mandatario enfatizó que el Gobierno “no es neutral con respecto a este Plebiscito” ( lo cual es más que evidente), e hizo variados anuncios respecto a los “valores esenciales” que debería contener a su juicio la nueva Carta Magna, una Constitución, insistió, “que sea reconocida por todos”, “que la reconozca y la respetemos todos y cada uno de nuestros compatriotas”, que sea “un acto democrático de acuerdo a nuestra tradición”, “que nos permita las diferencias en forma pacífica y democrática”, y otros esloganes del modelo neoliberal .
Es decir el Presidente marca abusivamente los límites de las facultades y determinaciones del órgano constituyente que sea elegido el 25 de octubre próximo y busca incluso pautear la discusión, libre y democrática, que permita a ese órgano constituyente cumplir con su misión de elaborar la nueva Constitución, sus principios, facultades y alcances.
En concreto se subordina al modelo político y programático implantado a La Moneda por la UDI, tanto en las maniobras para frustrar el proceso constitucional, para disminuir lo mas posible el universo de votantes, poner trabas a la libre y soberana expresión de su voluntad democrática. Y en definitiva, para frustrar el destino de la Patria.
De acuerdo a las cifras conocidas, al presente existen 15.108 personas con Covid positivo, y 45.324, calificados con contactos estrechos.
Por otro lado, según establece El Mercurio (28-08-2020), si el plebiscito fuera en esta fecha, 1 millón, 20 mil personas, en su mayor parte mayores de 75 años, ”requerirían apoyo si quisieran ejercer su derecho”, esto sin contar con los que llegaran desde el extranjero ( los que tendrían que guardar cuarentena de 14 días desde su arribo) , y quienes permanecen en “residencias sanitarias”.
En cuanto a los mayores de 75 años, un total de 960 mil 555 ciudadanos están sujetos a cuarentena obligatoria, por lo que su derecho a sufragar está amenazado por estas determinaciones de las autoridades.
¿Esta es la gente que quedaría fuera del escenario que pretende imponer el gobierno del presidente Piñera y la UDI, para garantizar que todo siga igual?
¿De esto es lo que se trata cuando el presidente, y el coro de sus portavoces y altavoces mediáticos, hablan, con mucha pompa y retórica que busca ser convincente, que su compromiso es “contribuir a organizar un Plebiscito que sea transparente, participativo, informado y seguro y eso lo estamos cumpliendo para que el día 25 de octubre podamos tener un acto electoral que haga justicia y honre una hermosa tradición chilena de tener elecciones limpias y transparentes”?.
Los ciudadanos, los demócratas, el pueblo y por que no, la calle, deberán estar alertas en estos días en que ”el rechazo”, pretende frustrar las aspiraciones no sólo de un plebiscito histórico y legítimo y de una nueva Constitución.
Santiago de Chile, 29 de agosto 2020
Crónica Digital