El pasado 19 de agosto, el Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza, realizó desde Caracas el seminario titulado “La agresión imperialista a Venezuela”, a través del canal de YouTube de la Universidad Internacional de las Comunicaciones. Tuvo como moderadora a Tania Díaz, Primera Vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente de ese país.
En el seminario, el Canciller denunció la guerra que se ha llevado a cabo en contra del legítimo gobierno del Presidente Nicolás Maduro. Dicha guerra comprende un ataque multidimensional y multiforme del imperialismo, como fase superior del capitalismo. En palabras de Arreaza, el imperialismo no es un Estado único, es un conglomerado, un andamiaje de corporaciones que operan en defensa de sus intereses económicos.
Los ataques se implementan a través de diversas aristas, entre las que destacan el político diplomático, llámese OEA y Grupo de Lima, y en ese mismo orden las agresiones comunicacionales y fakes news. Ese último elemento es trascendental en la construcción de un relato que constituya una matriz de opinión para justificar las acciones violentas de los poderes hegemónicos contra los países que se resisten a someter su soberanía.
Uno de los elementos más usados son las frecuentes acusaciones de “narcoterrorismo”, con el objetivo de dañar la reputación de los líderes conductores de los procesos de emancipación de Nuestra América, en este caso particular Venezuela.
El Canciller Arreaza recordó que fue el 8 de marzo de 2015 cuando Obama decretó una orden ejecutiva que allanó el camino que luego transitaría Trump. Un esquema legal que permitiría a EE.UU. aplicar medidas coercitivas unilaterales, acción que viola el derecho internacional en atención a que, según la Carta de las Naciones Unidas, el único órgano autorizado para aplicar sanciones es el Consejo de Seguridad de la ONU, un organismo multilateral donde la decisión la toman diversos actores, a diferencia de EE.UU. que actúa sin el consentimiento de ningún otro actor.
EE.UU. amenaza con el uso de la fuerza, aplica un bloqueo económico brutal con el objetivo de asfixiar al pueblo, mismo guion que aplican con Cuba y que en su momento implementaron con Chile en la época de la Unidad Popular para derrocar al Presidente Salvador Allende.
Las medidas tienen un objetivo claro y es la imposición del dolor e infelicidad al pueblo, para generar la rendición del gobierno producto del agotamiento de las fuerzas productivas del país.
La mencionada guerra implica aviones espías, buques de guerra en mares caribeños, y la reciente operación “Gedeón”, un intento de intervención militar mercenaria que tuvo como fin un golpe de estado contra la Revolución Bolivariana.
La última medida del gobierno de EE.UU. fue reactivar el “Plan Colombia”, un programa estratégico creado en 1990 que busca intervenir militarmente a la República Bolivariana, bajo el pretexto de la “Lucha contra el narcotráfico”.
El súper objetivo de EE.UU. y de sus aliados europeos es apropiarse de los recursos naturales de Venezuela, reservas de petróleo, oro y otros minerales de gran valor.
El imperio no le perdona a Venezuela su historia de victorias populares, su ardua labor por concretar un mundo multipolar donde actores como China, Rusia, Irán, Turquía, Cuba y otros influyan categóricamente en las decisiones que respectan a los problemas globales.
Considerando lo anterior, Arreaza destacó el papel sustancial que tiene la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), un organismo que debería ser un ente de diálogo pacífico y fuerza que pueda generar igualdad de condiciones a la hora de establecer relaciones de intercambio con los actores del Norte.
Ante las reiteradas agresiones de EE.UU. y de sus aliados europeos, Arreaza llamó a la conciencia y la unidad de los procesos de emancipación de América Latina y el Caribe.
Por Florencia Lagos Neumann. La autora es corresponsal de Crónica Digital y Analista Internacional
La Habana, 21 de agosto 2020.
Crónica Digital.