Nos complace saber que la Corte de Apelaciones va a revisar todo el veredicto, porque en este caso están en juego cuestiones legales y políticas que son de vital importancia resolver, afirmó Zaiwalla en un comunicado.
En julio pasado, el juez Nigel Teare falló contra el BCV en la demanda contra el Banco de Inglaterra, al determinar que el oro valorado en más de mil millones 200 mil dólares debía ser entregado a la junta designada por el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó.
Teare justificó su decisión con el argumento de que Guaidó fue reconocido como el mandatario legítimo del país suramericano en 2019 por el entonces canciller del Reino Unido, Jeremy Hunt, y luego le permitió a los demandantes apelar solo una parte de su sentencia.
Los abogados del BCV argumentan, sin embargo, que Londres jamás rompió relaciones diplomáticas con el gobierno del presidente constitucional venezolano, Nicolás Maduro, y que ambos mantienen a sus respectivos embajadores acreditados en Londres y Caracas.
De la forma en que lo presentó el juez Teare, una simple declaración de reconocimiento por parte del gobierno británico basta para arrebatarle a otro país el control de sus activos, sin mediar supervisión alguna, y eso no puede ser correcto, explicó Zaiwalla.
En opinión del abogado londinense, si las autoridades del Reino Unido quieren utilizar el reconocimiento como un arma para conseguir sus objetivos en política exterior, entonces deben hacerlo dentro de los límites permitidos por la ley, y someterse al escrutinio de los tribunales.
La prerrogativa de poder reconocer un gobierno extranjero no puede ser usada para intervenir de forma coercitiva en los asuntos internos de otro país, porque eso atentaría contra el derecho internacional, remarcó.
Zaiwalla recordó además que el principal interés del BCV en recuperar sus reservas de oro es obtener fondos para luchar contra la pandemia de Covid-19 en Venezuela, y que incluso anunció que todas las transacciones correrían a cargo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Londres, 10 agosto 2020
Crónica Digital/PL