Trump quedó casi obligado a anunciar cuatro órdenes ejecutivas para prorrogar los beneficios de la protección al desempleo, el aplazamiento de impuestos nominales, la protección contra los desahucios y el alivio de préstamos a estudiantes.
La movida, que sólo puede ser realizada por el mandatario en cuestión, llegó después que ni demócratas ni republicanos consiguieran alcanzar un consenso sobre las nuevas medidas de alivio.
El presidente volvió a arremeter contra sus rivales partidistas, al decir que ‘solo quieren dinero de rescate’, sin interesarles la protección de los estadounidenses.
La orden proporcionará 400 dólares por semana a los ciudadanos en beneficios por desempleo, por debajo de los 600 dólares semanales que se habían proporcionado hasta la semana pasada. El presidente explicó que los estados serían responsables de cubrir el 25 por ciento del coste.
Los 600 dólares previos formaban parte de un extraordinario paquete de rescate negociado en el Congreso a principios de año, por valor de casi tres mil millones de dólares.
Trump no aclaró a partir de qué programa de ayuda piensa recaudar el 75 por ciento del nuevo beneficio mensual que el Gobierno federal deberá asumir.
El problema de este conjunto de órdenes ejecutivas es que son demasiado amplias, incluso para las competencias presidenciales, por lo cual el presidente podría enfrentarse a una apelación de la bancada demócrata por exceder sus competencias, aseguran expertos.
Esta declaración no anula la posibilidad de un futuro acuerdo en el Congreso estadounidense pero, si bien los asesores de Trump defienden que se trata de una medida de presión, la táctica corre el riesgo de alienar a la bancada demócrata y terminar de descarrilar las conversaciones de cara a un acuerdo definitivo.
Este anuncio tiene lugar en medio de nuevos repuntes de contagios en el país, que rebasó los cinco millones de casos y donde ya han muerto más de 160 mil personas a causa de la Covid-19.
Washington, 9 agosto 2020
Crónica Digital/PL