Este segundo aniversario tiene lugar en el escenario del histórico encarcelamiento del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).
Uribe y otros de sus abogados cumplen arresto domiciliario ordenado el pasado martes por la Corte Suprema en una decisión histórica al emitir una orden así contra un exmandatario.
Duque como político perdió la oportunidad de alejarse de aquellos que viven de la guerra y pasar a la historia como el presidente que finalmente llevó la paz.
El partido gobernante Centro Democrático, fundado por Uribe, comenzó una lucha sin cuartel llevada al plano legislativo y social con el fin de desacreditar a los
exguerrilleros y obstruir la implementación de lo acordado.
Poco avanzó en la reforma de justicia, mientras su agenda en ese plano se limitó a criticar puntos derivados del Acuerdo de paz tales como la Jurisdicción Especial para la Paz y a un intento fallido por presionar a países garantes de los diálogos para que entregaran a miembros del Ejército de Liberación Nacional, en franco incumplimiento de las normas internacionales.
La victoria que representó el proyecto de cadena perpetua para violadores de menores fue opacada por un mal mayor: la respuesta fallida a la pandemia de la Covid-19.
Colombia es uno de los países latinoamericanos con más reportes de contagios por día.
En el plano exterior, respaldó al autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó, la luz verde a una mayor presencia militar estadounidense en territorio colombiano y se alineó con Gobiernos conservadores en la región.
Bogotá, 9 de agosto 2020
Crónica Digital/PL