Por Rafael Calcines Armas
Una aguda confrontación entre el gobierno y el legislativo que evidenció una fuerte crisis de la derecha y mostró al presidente Sebastián Piñera más solo que nunca, caracterizó a la semana que finalizó este domingo.
El miércoles pasado, el Senado aprobó una importante reforma constitucional que por primera vez apunta a las hasta ahora intocables Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP), por 29 votos a favor (necesitaba 26), 13 en contra y una abstención, con lo cual contó incluso con cinco sufragios favorables de senadores de los partidos de la derecha.
Como el proyecto fue aprobado con algunos cambios, debió ser votado nuevamente el jueves por la Cámara de diputados, que con un apabullante respaldo selló la que es considerada la peor derrota política del gobierno de Piñera, al lograr 116 votos a favor, cinco abstenciones y solo 28 en contra.
Con tal proporción se superó incluso el quórum de dos tercios que exigían los sectores más conservadores del oficialismo que pretendían acudir al Tribunal Constitucional si no alcanzaba una votación de esa envergadura.
Por si esto fuera poco, seguidamente la cámara de diputados rechazó por contundente mayoría el veto presidencial a otro proyecto controvertido, la ley de servicios básicos, que
prohíbe a las empresas cortar los servicios de agua, luz y gas a las familias durante la situación de pandemia.
El resultado de las votaciones fue calificado como una dura derrota por el propio ministro del Interior, Gonzalo Blúmel, quien reconoció también que incluso más diputados de la derecha que en la votación de la semana anterior se sumaron al proyecto de la oposición.
Este prevé que los trabajadores afiliados a las AFP puedan retirar hasta el 10 por ciento de sus ahorros para jubilación depositados en las AFP, a lo cual se opuso en todo momento el gobierno.
Pero como señalaron políticos y economistas, la importancia de esta ley no radica solo en que será una ayuda para millones de chilenos afectados por la crisis actual, sino que resulta un primer paso para un cambio radical en el sistema de pensiones, considerado uno de los pilares del modelo neoliberal chileno.
Ante el masivo respaldo de la población a la medida, con inusual rapidez La Moneda anunció, mediante un comunicado, la promulgación de la ley, desechando la posibilidad de vetarla, salida que estuvo entre las opciones de Piñera, pero que analistas políticos y hasta representantes de la coalición de gobierno consideraban como un suicidio político.
El respaldo creciente de legisladores oficialistas a la ley, a contracorriente de las presiones del gobierno, dejó al descubierto una de las peores crisis de la derecha que por el momento no parece reponerse del golpe y dar vuelta de página, como piden los moderados, mientras los más conservadores hablan de pases de cuentas a los díscolos.
Incluso, como coletazo de la crisis se especula en medios de prensa y políticos sobre posibles cambios en el gabinete con el foco puesto en algunos de los ministros claves, como las carteras de Interior y Hacienda.
Santiago de Chile, 27 de julio 2020
Crónica Digital/PL