Por Rafael Calcines Armas
En la misma medida en que avanza hoy una importante reforma constitucional en el Congreso de Chile, se agudizan la crisis de los partidos de derecha y la soledad del gobierno de Sebastián Piñera.
Para mañana miércoles está previsto que el pleno del senado vote la reforma constitucional que permite de forma excepcional a los afiliados a las Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP) extraer hasta 10 por ciento de sus ahorros para jubilación, como solución extrema para que puedan sobrevivir a las crisis sanitaria y económica.
A última hora del lunes la Comisión de Constitución de la Cámara Alta aprobó legislar la iniciativa, así como varias indicaciones, entre ellas dos muy importantes, que contemplan un beneficio a todas las personas y la creación de un fondo solidario con aportes del Estado y los empleadores para restituir los recursos extraídos por los trabajadores.
Ya se da por seguro que el proyecto será aprobado por el Senado, para lo cual cuenta con el respaldo de los 24 legisladores de oposición, pero necesita al menos dos del oficialismo.
Con el transcurso de los días, tres senadores de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) y dos de Renovación Nacional (RN) anunciaron que sumarán sus votos a la iniciativa, lo cual predice no solo una derrota más del gobierno, sino que evidencia la profundización de la crisis al interior de la derecha.
El último en sumarse hasta ahora, José Durana, de la UDI, explicó que con tal decisión no transgrede los principios de su partido ni de la derecha, sino que está con las necesidades que padece la población.
Ni las presiones desde el gobierno ni dentro de sus propios partidos impidieron que los senadores asumieran esa posición contraria a los deseos del ejecutivo de Sebastián Piñera, opuesto a rajatabla contra esa reforma constitucional, lo cual representa un fuerte golpe para las AFP, exponentes del modelo neoliberal chileno.
La crisis en las filas del oficialismo se agudizó tras la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados donde la bancada oficialista se dispersó y más de una decena de legisladores votaron a favor del texto o se abstuvieron.
Pero el desbarajuste, dirimido incluso en público, ha seguido aumentando en las últimas horas cuando una figura emblemática de la derecha, el alcalde Joaquín Lavín, dijo estar de acuerdo en que el Senado avance tanto en el plan de ayuda a la clase media que propone el gobierno como en la iniciativa del 10 por ciento.
Lavín, visto por muchos como la mejor carta presidencial de la derecha para las próximas elecciones presidenciales, señaló que “hay que ser prácticos, pragmáticos, solucionar los problemas y llegar a acuerdos, no buscar conflictos políticos adicionales”.
En tanto, el senador por RN Francisco Chahuán, en declaraciones a la prensa fue más allá y aunque dijo rechazar la propuesta del retiro de fondos de pensiones, puntualizó que al Gobierno y al ministro de Hacienda, Antonio Briones “se les acabó el tiempo”.
En tanto, el presidente del también derechista partido Evolución Política (Evópoli) Hernán Larraín, sorprendió a todos al presentar su renuncia, para contribuir a oxigenar a la coalición oficialista, según expresó, y en esa cuerda, el senador de esa fuerza, Felipe Kast, le pidió a los líderes de la UDI y RN que hicieran lo mismo.
A todas estas, algunos analistas advierten que al gobierno solo le queda la opción de “perder o perder”, pues si la reforma constitucional se aprueba, será una fuerte derrota para La Moneda.
Pero si Piñera opta por vetarla, solo logrará un mayor rechazo a su gestión, pues estudios indican que el 85 por ciento de los chilenos respaldan la propuesta.
Santiago de Chile, 21 de julio 2020
Crónica Digital/PL