¿Quién de ustedes ha pensado o soñado un mejor futuro para esta comuna, seriamente? Me refiero a las poblaciones que van desde Los Nogales a la Villa José Cardijn, de la Robert Kennedy a la Santiago. Pasando por La Palma a la Villa Francia, nuestra querida Villa Canadá con sus blocks emblemáticos. Altarcillo o Valle Verde, que se vieron a sí mismas acomodadas y hoy ven caer sus aspiraciones de un mejor pasar debido a la profunda cesantía nacional y crisis económica que nos afecta como país.
Qué pasará entonces en la zona norte de la comuna como La Zelada, Villa Portales, Las Mercedes y tantos otros espacios territoriales donde hoy no llega la ayuda social, económica, sanitaria ni laboral. Porque la crisis en Chile y en nuestra comuna es de pobreza, de sueldos, trabajos dignos y hace muchos años de salud.
Estación Central hoy tiene su propio “Largo Tour”, cómo la canción del grupo Sol y Lluvia. Más pobres que antes, más hacinados, más vulnerados, más reprimidos, más golpeados, más olvidados que nunca. Con dirigentes que no dejan de atar su “compromiso social” al voto sin compromiso real, sin programa local para transformar nuestra comuna. La pobreza reflejada en las decenas de comités de cesantes y de vivienda, todos ellos capturados por la mentira de la derecha. El abuso diario en el arriendo y subarriendo de viviendas es un escándalo que ha traspasado nuestras fronteras que distintos medios de comunicación se han visto en la obligación de denunciar.
Con las últimas lluvias se develó en nuestras calles el empobrecimiento brutal de de nuestra comuna. Con una sola lluvia intensa y larga se humedecen nuestros hogares, ropas y familias. A su vez, adultos mayores cortejados por tortas y regalitos cada fecha nacional o campaña de turno han sido condenados por las políticas del gobierno de Sebastián Piñera que prefirió dejar morir a nuestros abuelitos/as antes de declarar una cuarentena que los protegiera, con ingresos directos a nuestras familias como perfectamente pudieron haberlo hecho.
Nuestra comuna aparece con los índices más altos de endeudamiento de la Región Metropolitana (de 4 a 7 veces sus ingresos brutos). Una comuna sin parques, sin juegos, sin lugares seguros, con pocos consultorios. Hoy nuestras familias tienen que hacer largas filas desde tempranas horas de la madrugada, mendigando algo de salud digna. Y, digámoslo de frente, una comuna poco segura, donde cualquiera de los nuestros/as puede morir por una bala loca.
Creo que se acabó el tiempo de los bailecitos, del candidato/a rico/a, de la farándula política. Hoy nadie le cree a la tele, solo creemos en nosotras y nosotros. Solo el pueblo ayuda al pueblo. Este cambio se ve reflejado en los cientos de ollas comunes regadas por toda Estación Central, autogestionadas, con la solidaridad de las vecinas/os a pie, que nada tienen que perder y todo por ganar en un mundo que clama por más solidaridad, más organización, más unidad de las/os pobladores. Un mundo, país y comuna construida a escala humana donde el aporte de mujeres, jóvenes, niñas y niños, hombres, diversidades, etnias, nacionalidades, distintas y diferentes, sean reconocidos en la participación y en la gestión por las autoridades municipales.
Construyendo solidaridad
Lo significativo de la solidaridad es que su autoría siempre es colectiva, muchas veces anónima y afortunadamente, siempre generosa.
Nosotras/os partimos desde el mes de marzo colaborando con nuestras vecinas y vecinos. Fuimos diversificando y mejorando nuestro apoyo, aprendiendo y surcando los límites impuestos por este gobierno. Focalizamos nuestro ayuda primero en la tercera edad, para pasar a aquellas familias contagiadas con el COVID-19 que no tenían ni tienen ninguna opción de acceder a la alimentación. No nos olvidamos de nuestros vecinos en situación de calle y los postrados que requieren pañales. Procuramos generar centros de producción de almuerzos y de pan para después repartir por toda la comuna. Aquí nos encontramos con dirigentas/es vecinales, amigos/as y vecinas/os honestos que se esparcen por el territorio como la esperanza multiplicando sus manos solidarias. No es menor el preocuparnos por el “Kit de Aseo Femenino” para nuestras vecinas a las cuales no les alcanza hasta el día de hoy para comprar sus insumos básicos.
La solidaridad se organiza para conquistar sus derechos
Al calor de la lucha contra la pandemia y la indiferencia de las autoridades, las pobladoras y vecinos de Estación Central empezamos a entender que la organización se acompaña de valores que nunca debimos abandonar como comunidades y que hoy emergen con fuerza. Hemos contado con la solidaridad desinteresada de particulares y organizaciones como el Frente Cacerola, Mujeres Autoconvocadas 18 de octubre. Fundación Ex – UTE, Colectivo Dignidad en Acción, Egresados ELAM, Ex Alumnos USACH y un conjunto de organizaciones que de forma anónima han aportado a esta iniciativa.
Recuperemos la práctica horizontal en las organizaciones de pobladores, honesta y de solidaridad directa. Esto nos ha dado como resultado la entrega de más 4000 almuerzos, 500 canastas familiares, 1000 pañales para adultos mayores, 100 kit de aseo femenino y 1000 kilos de pan en un plazo de 4 meses.
En este actuar no hemos negado que somos la concejalía del Partido Comunista de Estación Central y tampoco hemos negado el apoyo de decenas de militantes de nuestra organización política, en especial de las Juventudes Comunistas de Chile.
Sentimos el fuego infinito del aprendizaje largo de quienes nos antecedieron. Hemos recuperado la mística y renovado nuestras convicciones. No obstante, lo más relevante para nosotras/os es el apoyo transversal, amplio y generoso de la gente sencilla de nuestra comuna.
Hoy para cambiar la forma de administrar nuestro municipio requerimos de mujeres y hombres libres, que no se amarren a promesas populistas, que se empoderen, que muestren sus diferencias en todo momento, pero que piensen en que la vida no termina en ellos o ellas. Vecinas y vecinos que se pongan de acuerdo y de forma tolerante en lo importante para sus vidas colectivas pues eso permitirá mejores familias, mejores vidas, menos violencias, más felicidad.
Nuestra propuesta es humana, una apuesta cargada de sinceridad para entendernos entre distintas/os y diferentes. Quien escribe esta columna es hija nacida y criada en la Villa Francia, continuadora de luchadoras sociales de nuestra comuna. Claramente no ha sido fácil este camino, en especial en una sociedad machista, patriarcal y definitivamente prejuiciosa. Pero somos hijas del rigor y nos levantamos cada día, como la madre adolescente, como la abuela que empuja a sus nietos, como la hermana que llama la atención a su familia cuando van por mal camino, como la madre que va a buscar a los suyos a la esquina para que sus hijas/os no se jodan la vida.
Esta apuesta solidaria está vinculada a la necesidad de hacer un cambio profundo de nuestro Chile, a crear una nueva Constitución Política, al “APRUEBO CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL” en el próximo plebiscito, a construir una economía solidaria, justa y no discriminadora. No es normal que tengamos que multiplicar ollas comunes por los territorios cuando los empresarios nos despiden o nos dejan con el Seguro de Cesantía. Cuando nos siguen cobrando las cuentas de nuestros gastos básicos, cuando nuestros hijos/as no pueden estudiar pues no tienen ni internet ni computadores en sus casas, pues aún hoy para la mayoría de nuestras familias eso es un lujo.
Estación Central, es una comuna de mujeres y hombres libres que ya no le compran a la política del pan y circo. Somos mujeres y hombres sencillos, seres humanos dignos que no votarán nunca más por la derecha y que entenderán que NO votar NO da lo mismo.
Organizando Dignidad para una vida mejor en Estación Central.
María Pacheco
Dirigente social
Comuna de Estación Central
Santiago de Chile, 14 de julio 2020
Crónica Digital