Por Marcel Garcés Muñoz
La victoria de quienes votaron a favor del retiro del 10 por ciento de los fondos de los chilenos atrapados en el sistema de Pensiones impuesto por la dictadura de Pinochet y mantenido hasta el presente, fue sin duda una rotunda derrota del modelo neoliberal mantenido tras la recuperación de la democracia y defendido como ley divina por el gobierno del presidente Sebastián Piñera y los grupos económicos que profitan de los fondos de los pensionados chilenos.
Es más que una victoria de los votos y argumentos expresados en la aprobación de la idea de legislar por una mayoría contundente de la Cámara de Diputados a la que concurrieron, la oposición y- en un hecho crucial y de gran significación de responsabilidad política- 13 miembros de la oficialista Alianza por Chile.
Pero, es necesario decir, que se trata de una primera victoria de los intereses de la mayoritaria masa de trabajadores, de chilenos que han visto como sus fondos de pensiones, enriquecen, alimentan a los grupos económicos que administran lo que acumularon tras largos años de esfuerzo y sacrificio y que les ha sido expropiado por los poderes económicos financieros que sostienen a sus servidores en la arena política.
Como lo señaló el diputado Matías Walker, el problema de fondo es “que el lobby de las AFP no venza a la democracia. Y no solo el lobby de las AFP, más bien de los fondos de inversión extranjera que son dueños de las AFP”. “
El proceso legislativo contempla el paso de la iniciativa a la Comisión de Constitución, luego la vuelta a la Sala donde se debe votar en particular para después ser despachada al Senado para su Segundo Trámite.
Esto significa que los ciudadanos, junto a la oposición política, las organizaciones sociales que hoy pueden celebrar la resolución legislativa de este miércoles 8 de julio, los ciudadanos en general, deben estar alertas frente a las nuevas batallas políticas y sociales hasta hacer realidad la demanda.
Se trata de un triunfo que obliga estar alertas, y sobre todo movilizados, porque los intereses de la derecha financiera, económica y política no se van a quedar tranquilos, y van a maniobrar, amenazar, chantajear para impedir, incluso con la fuerza, la voluntad democrática expresada en la votación del miércoles, una fecha que habrá que tener en la mente, pero concibiéndola como un punto de partida para un accionar político democrático de la oposición y de la ciudadanía.
Desde ya las administradoras de fondos de pensiones han anunciado, una baja del dólar, un alza en las tasas de interés y efectos en la rentabilidad de los fondos.
El presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, era que no, declaró que “La Cámara de Diputados otra vez opta por el facilismo y renuncia a su deber de procesar las legítimas demandas sociales para transformarlas en soluciones sustentables y de largo plazo”.
Realmente “enternece” la repentina sensibilidad social de este señor, que surge cuando ve amenazada su billetera y sus ganancias.
El líder empresarial, apunta como enemigo a la Cámara de Diputados, en una coherente concordancia con quienes en el gobierno apuntan nada menos que a eliminar su rol, y quizás su propia existencia como parte del sistema institucional democrático del país, dejando la dirección política, económica y administrativa del país a los empresarios y a quienes los representen en un nivel gubernamental subordinado.
También El Mercurio, de este jueves 9 de julio, vuelve a sus andadas antidemocráticas cuando publica en su sección Cartas, una misiva de un señor Andrés Montero J. (una especie de Coronel NN, de la conspiración sediciosa de los 70, contra el presidente Salvador Allende).
El señor Montero J. las emprende contra los diputados, firmando que “tras la votación de ayer no entienden lo que votan”, y que “se hace más urgente que nunca elevar el nivel de exigencias para ser diputado”.
Cabe también reflexionar sobre el cuadro político en el cual se debate el gobierno y el presidente Sebastián Piñera.
La votación en contra de la posición de La Moneda de 13 diputados oficialistas, y la abstención de otros 31, es revelador de una crisis política interna de proporciones, de una rebelión cuyo contenido político es de rechazo a las políticas de gobierno, con evidentes consecuencias para el futuro.
La aprobación del retiro del 10 por ciento de los fondos depositados en las AFP, propiedad de los pensionados que fueron obligados manu militari a depositarlos allí, constata no solo su incapacidad de alinear a su base de apoyo, la Alianza por Chile, sino de la soberbia de pretender “ordenar” la conducta de los legisladores oficialistas.
Claramente, La Moneda, el Presidente, sus principales ministros “políticos”, sus asesores no supieron leer ni el escenario político real, ni el estado de ánimo de los ciudadanos, y por lo mismo, no ofrecen ningún signo de análisis autocrítico por sus políticas.
La reforma constitucional que permite el retiro de fondos empozados en las AFP, fue aprobada por 95 diputados (82 de la oposición, mas 13 oficialistas,-9 de RN y 4 de la UDI- ), rechazada por 25 votos, mientras las 31 abstenciones ( de diputados oficialistas (RN, UDI y Evopoli), remacharon la derrota oficial.
El patético e inútil intento de última hora de La Moneda, de “alinear “ a sus huestes en la votación no hizo más que agregar una vergüenza más a su falta de pericia y de capacidad de gestión política, a pesar del séquito de ministros, y altos funcionarios, desplazados al Congreso para la operación salvataje.
Los gritos destemplados del presidente Piñera, en La Moneda durante la tarde y noche del miércoles y de la mañana del jueves, en su Gabinete de Emergencia, no bastan para explicar el tropiezo, de la torpeza, de la altanería y soberbia que caracterizan su conducta, y de la ya inocultable fractura interna.
Pero, lo que queda claro también: no se trata solo de esta batalla por el retiro del 10 por ciento. También está la amenaza de veto presidencial de la ley que prohíbe el corte de servicios básicos, del endeudamiento que ofrece a la clase media como condición para entregar los préstamos para sobrellevar la situación económica presente derivada de del corona virus, y de indolencia pertinaz respecto de la miseria, el hambre, el hacinamiento, de la cesantía que es la “pandemia” post Covid 19.
La oposición debe dar respuestas al desafío político de presentar y no solo señalar, sino que orientar, encabezar la defensa de la justicia, el bienestar y el futuro democrático del país.
El deber de la unidad de propuestas y de acción político es insoslayable. La lección política y social es que cuando se asumen demandas que representan los intereses y las necesidades de las grandes mayorías, que están maduras en la conciencia colectiva, es posible avanzar en la lucha social, en la unidad y coincidencia de vastos sectores
Por otro lado, hay que tener en cuenta de que este triunfo, que legítimamente celebra la ciudadanía, es también un paso más, de un proceso de toma de conciencia político y social, expresada a una lucha constante iniciada por la derrota de la dictadura, con la lucha por mayor verdad y justicia, por la defensa de los derechos humanos, por el enjuiciamiento del neoliberalismo imperante, por la defensa del medioambiente, por las reivindicaciones de los trabajadores, de las mujeres, de los estudiantes, de las minorías sexuales, de los mapuches, la solidaridad con los migrantes, por el movimiento que condujo a la gesta social de octubre de 2019, de quienes pusieron en la agenda social el “No más AFP”).
Se trata de un proceso profundo, amplio, patriótico, democrático, transparente, de protagonismos de las masas, que conduce a un futuro de nuevas luchas y más victorias.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 11 de julio 2020
Crónica Digital