El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó una reforma constitucional que limita la reelección de autoridades, casi a punto de cumplirse el plazo para vetar la legislación, aprobada el mes pasado en el Congreso.
Finalmente y luego de 30 días de debates al interior del oficialismo mayoritariamente partidario de vetarla, el mandatario transó y estampó su firma para convertir en ley el proyecto que fuera aprobado por amplia mayoría en las dos cámaras.
Ello a pesar de que desde la conservadora Unión Demócrata Independiente se hicieron todos los esfuerzos para conseguir el veto del mandatario, lo que permitiría a unos cien alcaldes y 700 concejales competir en las próximas elecciones.
La reforma constitucional establece que los diputados, consejeros regionales, alcaldes y concejales podrán ser reelegidos sucesivamente en el cargo hasta por dos períodos, mientras que los senadores podrán ser reelegidos sucesivamente solo por un período.
En ceremonia en el palacio de La Moneda, Piñera dijo que esa medida formaban parte de sus propuestas de campaña y consideró que poner límite a las reelecciones indefinidas contribuirá al perfeccionamiento de la democracia en Chile.
Explicó que ello permitirá una mayor renovación y “oxigenación” en los cargos de elección popular, e “interpretar y dar respuesta a una amplia y profunda demanda ciudadana por mayor renovación, participación y transparencia”.
Según analistas, un veto de Piñera a esta legislación presionado por sus partidos hubiera agudizado el enfrentamiento de La Moneda con el Congreso, que escaló en intensidad luego que el mandatario anunciara hace dos semanas la posible creación de un comité de expertos para controlar la admisión de los proyectos en el legislativo.
Esto fue interpretado desde amplios sectores políticos como una intromisión del mandatario en el trabajo y las atribuciones del Congreso y un ejemplo de autoritarismo inaceptable.
Santiago de Chile, 5 de julio 2020
Crónica Digital/PL