El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien buscará su reelección en noviembre próximo, seguramente se dedicará una y otra vez en los meses venideros a celebrar supuestos logros de su administración y a promoverse como la persona ideal para el cargo.
Tal declaración, calificada de falsa por medios norteamericanos de prensa, contrasta con el panorama real de una nación donde se calcula que los afronorteamericanos representan un 23 por ciento de las víctimas mortales de la pandemia de la Covid-19, a pesar de que constituyen solo un 13 por ciento de la población.
Un estudio de la revista Health Affairs indicó que los pacientes negros con esa enfermedad presentan 2,7 veces más probabilidades que los blancos no hispanos de mostrar síntomas graves, lo cual tiene su raíz en motivos socioeconómicos: la desigualdad y la pobreza están detrás de la mayoría de los contagios.
Las devastadoras pérdidas de empleo asociadas a la pandemia también están afectando más a los trabajadores negros, quienes muestran una tasa de desocupación de 16,8 por ciento, frente a un 12,4 por ciento para los estadounidenses blancos, según datos federales.
Uno de los puntos fuertes de Trump de cara a los comicios de noviembre era la economía, cuyo crecimiento alcanzó su punto máximo en febrero pasado, pero desde entonces la pandemia llevó al país a la primera recesión desde 2009 y sacó a la luz algo que ya denunciaban expertos y analistas: la bonanza favoreció fundamentalmente a los más ricos.
Por el contrario, las personas de bajos ingresos permanecieron en una situación de vulnerabilidad evidenciada en medio de la actual crisis, durante la cual un 40 por ciento de los hogares con pocos recursos sufrió pérdidas de empleo.
A medida que se acerque noviembre, Trump seguramente evitará hablar de ese tema, o de los más de 114 mil decesos registrados en el país por la Covid-19, o de los casos de brutalidad policial, o de cómo su promovida reforma fiscal favoreció a los ricos, o de cómo su retórica divisiva empeora las relaciones en un país fraccionado.
Pero sus criticadas respuestas al coronavirus SARS-CoV-2 y a las multitudinarias protestas de los últimos días, unidas a muchas otras fallas de su administración, llevaron a que actualmente el 54,9 por ciento de los votantes desapruebe su desempeño, frente a solo un 42,2 por ciento de aceptación.
(Tomado de Orbe)
La Habana, 14 de junio 2020
Crónica Digital/PL