Las opiniones del diplomático aluden a la intención del régimen de Tel Aviv de anexarse a partir del |1 de julio de 30 por ciento de la Cisjordania ocupada que incluye asentamientos ilegales y el valle del Jordán.
El plan de los israelíes, basado en el llamado acuerdo del siglo que preconiza el gobierno de Estados Unidos, propone un Estado desmilitarizado en los actuales enclaves palestinos y sin Jerusalén Oriental, la cual sería la futura capital de Palestina.
Con anterioridad, el ministro emiratí de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Abdullah bin Zayed Al Nahyan, expresó preocupación y rechazo a los planes de anexión de tierras ocupadas a los palestinos por los israelíes.
Ese movimiento es ilegal, apuntó, pues socava oportunidades para la paz y contradice los esfuerzos de la comunidad mundial de lograr una solución política conforme a resoluciones de la ONU y la Liga Árabe.
En virtud de la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, votada el 29 de noviembre de 1947, se estableció la partición de Palestina en un Estado judío, uno árabe y una zona bajo régimen internacional con los lugares sacros de Belén y Jerusalén.
También se disponía una unión económica, aduanera y monetaria entre esas regiones y que aprobaron con 33 votos a favor (incluidos Estados Unidos y la Unión Soviética) frente a 13 en contra y 10 abstenciones. Esa decisión la rechazaron los Estados árabes y recibió críticas de los representantes del sionismo, pese a lo cual éstos últimos la acataron.
Empero, nunca se aplicó y el 15 de mayo de 1948, al finalizar el mandato de Reino Unido sobre Palestina, se proclamó el Estado de Israel al que dos días después declararon la guerra los árabes.
La resolución 194 de la ONU, adoptada el 11 de diciembre de 1948, decidió, a consecuencia de la expulsión de centenares de miles de árabes (palestinos), ha lugar permitir a los refugiados el regreso a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos.
De igual manera que recibirían los que decidieron no volver, indemnizaciones a título de compensación por pérdidas o daños de sus propiedades.
En ningún caso, el régimen de Tel Aviv respetó esos principios del derecho internacional o de equidad, obligatorios por ser potencia ocupante.
Y fue a más su irrespeto al ignorar un decreto de la ONU, aprobado el 22 de noviembre de 1967, a seis meses de la guerra de los seis días, que exige la instauración de una paz justa y perdurable en Medio Oriente.
De igual manera, recabó la retirada israelí de territorios ocupados (Cisjordania, Alturas de Golán, de Siria, y Granjas de Sheeba, de El Líbano) al término de ese conflicto.
Esa Resolución, la 242 demandó respeto y reconocimiento de la soberanía, de la integridad territorial y de la independencia política de cada Estado de la región, y su derecho a vivir en paz en el interior de sus fronteras reconocidas.
Abu Dhabi, 14 junio 2020
Crónica Digital/PL