El Banco Mundial (BM) pronosticó hoy que la economía a nivel global experimentará este año una drástica contracción de 5,2 por ciento, luego que la Covid-19 la hundiera en la peor recesión desde la II Guerra Mundial (1939-1945).
De acuerdo con un informe de la organización multinacional, el impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla ocasionaron una severa caída del ingreso per cápita en todas las regiones.
A raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el comercio y las finanzas, el BM prevé que la actividad económica de los países avanzados se retraerá un siete por ciento en 2020.
Asimismo, espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo se contraigan un 2,5 por ciento este año, la primera como grupo en al menos 60 años.
La entidad también advierte que la disminución prevista en los ingresos per cápita, de un 3,6 por ciento, empujará a millones de personas a la pobreza extrema.
En ese sentido, indica que los efectos son particularmente profundos en los países más afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo.
Si bien la magnitud de las perturbaciones variará en función de la región, puntualiza en BM en su informe, todos los mercados emergentes y las economías en desarrollo acusan vulnerabilidades agravadas por las crisis externas.
Por otra parte, señala que la suspensión de las clases y las dificultades de acceso a los servicios primarios de atención de salud probablemente tengan repercusiones a largo plazo sobre el desarrollo del capital humano.
“Las perspectivas dan mucho que pensar, ya que es probable que la crisis deje cicatrices difíciles de borrar y que plantee complejos desafíos mundiales”, señaló Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo Banco Mundial.
Nuestra primera prioridad es abordar la emergencia mundial en materia sanitaria y económica. Más allá de eso, la comunidad mundial debe unirse para lograr una recuperación lo más sólida posible e impedir que más personas caigan en la pobreza y el desempleo, agregó.
Según las previsiones de referencia -en la medida que se levanten las medidas nacionales de mitigación a mediados de año- las repercusiones negativas a nivel mundial perderán intensidad durante el segundo semestre y las perturbaciones a los mercados financieros no se prolongarán en el tiempo.
De esa manera, el BM proyecta que el crecimiento mundial repuntaría un 4,2 por ciento en 2021, aunque admite que las perspectivas son sumamente inciertas y predominan los riesgos de que la situación empeore, ante la posibilidad de una prolongación de la pandemia por más tiempo.
Washington, 8 junio 2020
Crónica Digital/PL