Y las primeras indagaciones de la prensa tienden a apuntalar su afirmación, como los mensajes de Twitter de Áñez atribuyéndose, tras cerrarse la operación, el mérito de la compra a dos empresas españolas, con gran sobreprecio, de 500 equipos de respiración asistida para la atención de pacientes de Covid-19 en unidades de cuidados intensivos
Cuando llegó el primer lote de 170 equipos -a un precio de 28 mil dólares cada uno, siendo su precio real de nueve mil-, se descubrió que no servían para el fin previsto, sino solo para atenciones iniciales de emergencia tenían otras limitaciones que inicialmente el gobierno intentó negar, en vano.
Las pesquisas apuntaron inicialmente a Navajas y a Mohamed Mostajo-Rahd, nombrado por Áñez como en el insólito cargo de embajador para asuntos de Ciencia y Tecnología, y señalado por la prensa como pareja de una hija de la jefa de Estado.
Mostajo niega que participó en las adquisiciones y que solo asesora a Áñez en temas epidemiológicos y científicos, pero hay videos de entrevistas en las que da cuenta de la operación de compra de los equipos.
Pero su situación se agrava porque en la recepción de los equipos participó su primo Eduardo Claros Mostajo, dueño de tres empresas importadores de equipos médicos
Navajas cargó la culpa al director Jurídico del Ministerio de Salud, Fernando Valenzuela, un funcionario de tercer nivel que paradójicamente planteó objeción a la operación al cónsul de España en Barcelona, David Pareja, según este ha confirmado.
Un veterano periodista comparó la detención de Valenzuela con una burda maniobra ajedrecística de sacrificar un peón para preservar, en este caso a un alfil que, a su vez, terminó sacrificado para salvar a la reina, pero no en una jugada ofensiva, sino en una acción desesperada.
Posverdad.bo y otras fuentes afirman que las detenciones deberían extenderse a Mostajo, pero también a la canciller, Karen Longaric, y el cónsul en Barcelona, David Pareja, entre otros posibles involucrados.
Existe documentos oficiales y testimonios de las mismas autoridades mencionadas que revelan que conocían, participaron de las negociaciones, los contratos, traslado y costos de los equipos, apunta el portal de Internet citado.
Pareja ha admitido que habilitó un espacio del consulado para las gestiones de la turbia operación, pero afirma que informó por escrito a la canciller Longaric que había otras ofertas con menores precios.
Longaric niega cualquier intervención de la Cancillería en el negocio, admite que el informe de Pareja, pero alega que sus asistentes no le informaron y la trasladaron a los viceministros de Relaciones Exteriores y Comercio y sostiene que, en todo caso, la comunicación del cónsul era Pareja.
En un nuevo intento de salir del cerco de hechos y otros indicios que la involucran, Áñez anunció que ha ordenado que, tras el pago de dos millones 28 mil 780 dólares a cuenta por los 170 equipos llegados a Bolivia, no abone el resto de los cuatro millones 773 mil 600 pendientes.
La Paz, 21 de mayo 2020
Crónica Digital/PL