Por Rafael Calcines Armas
Cuando el gobierno de Sebastián Piñera se aprestaba a impulsar el “retorno seguro” a la normalidad, la explosiva expansión de la pandemia de Covid-19 vino a trastocar sus planes en la semana que finaliza.
La curva de contagios volvió a subir abruptamente, sobre todo en la capital, y en consecuencia las autoridades se vieron forzadas a cambiar el relajamiento de las restricciones por su reforzamiento, por lo cual este sábado amanecieron en cuarentena total casi cinco millones de personas en la urbe.
A estas alturas, el país acumula más de 26 mil infectados, a un ritmo de más de mil nuevos casos diarios, mientras que la cifra de fallecidos supera los 300 y el Colegio Médico y otras asociaciones de profesionales de la salud alertan sobre la posibilidad de que puedan colapsar los servicios en algunas unidades hospitalarias.
En Santiago más de 70 mil efectivos del ejército, carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) se encuentran en las calles para controlar el cumplimiento de la cuarentena total en la mayoría de los municipios de la urbe.
Asimismo se impusieron férreos cordones sanitarios en las salidas de la ciudad para evitar que la pandemia se expanda hacia otras urbes cercanas que han logrado capear con mejor suerte la enfermedad, e incluso desde el viernes se cerraron todos los cementerios del país previendo aglomeraciones por el Día de las Madres, que se celebra mañana.
La crisis sanitaria ha devenido en una crisis económica de enormes proporciones que hoy mantiene a cientos de miles de familias pobres y de clase media con la preocupación adicional de la pérdida de su sustento, lo que también tiene enfrentados al gobierno y la oposición.
En la semana fue aprobado finalmente por el Congreso un controvertido proyecto de ley de Ingreso Familiar de Emergencia, pero sin definir el monto de esa ayuda, porque los legisladores por mayoría desestimaron la propuesta del ejecutivo de 65 mil pesos chilenos por persona (unos 80 dólares).
En respuesta, el viernes el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Felipe Ward, anunció que el gobierno presentará un veto presidencial para poder sacar adelante la iniciativa, lo que augura nuevos choques entre La Moneda y las fuerzas de oposición.
Esta pide con insistencia que la ayuda sea de 80 mil pesos por persona, para que una familia promedio de cuatro personas pueda responder a sus gastos básicos, pues el ofrecimiento de La Moneda no llega ni al índice de pobreza.
Aseguran que el gobierno dispone de suficientes recursos, según avalan especialistas en finanzas, para aportar una cantidad más elevada que permita a los chilenos subsistir a la crisis económica, y que los súper ricos, las grandes empresas y la banca pongan también el hombro para enfrentar una crisis que no solo deben pagar los pobres.
Para completar los desencuentros, Piñera nombró a Macarena Santelices, sobrina nieta de Augusto Pinochet, como nueva ministra de la Mujer y Equidad de Género, lo que fue rechazado por la oposición y organizaciones feministas.
La opinión de esos sectores es que el nombramiento luego de 53 días de vacancia del cargo en medio de una crisis política y luego sanitaria, expresa la desidia del gobierno hacia la mujer, y que sea Santelices la nombrada, resulta una provocación porque ostenta un oscuro historial político junto con posturas negacionistas respecto a las violaciones a los derechos humanos en el país.
Santiago de Chile, 9 de mayo 2020
Crónica Digital/PL