Con ocasión de la declaración de pandemia por la OMS y la declaración de estado de emergencia por parte del gobierno, se ha suscitado que las diferentes casas de estudio universitarias han tenido que adaptar sus clases a la modalidad on line, por medio de diversas plataformas.
Ciertamente, aunque la situación de pandemia es considerado caso fortuito y, lo más probable es que ninguna universidad tuviese los protocolos para llevar este tipo de situaciones, la educación de los estudiantes superiores se ha visto seriamente comprometida en lo que llevamos de año.
Es por esta razón que a mi consulta han llegado estudiantes de diversas carreras y casas de estudio superior, solicitando orientación acerca de cuáles son sus herramientas legales para poder salvar su situación ante lo que ellos consideran una verdadera injusticia.
Específicamente se denuncia que sus respectivas casas de estudio no están otorgando clases de la calidad o con el esmero que debiese entregarse, en circunstancias que se paga bastante por estudiar.
En este mismo sentido, se ha puesto sobre la mesa la problemática de que existen carreras que, si bien tienen una parte teórica fundamental, la cual es abordable a través de clases modalidad on line, existen ramos que requieren necesariamente de la utilización de talleres, salidas a terreno, maquinarias, y formación de práctica, la cual no puede suplirse con esta modalidad.
Ante esta última situación, estudiantes de ciertas carreras como Artes Plásticas, diseño textil, diseño industrial, Geografía, Construcción Civil, entre otras; desearían encontrar la forma obtener por parte de su universidad, una rebaja en el precio de su arancel debido a que no están obteniendo sus clases prácticas, lo que llevará a un consecuente atraso; además quieren garantía de que no se cobrará extra por esas clases en el evento de que sean impartidas con posterioridad.
Considero indispensable que los alumnos de las distintas casas de estudio universitarias tomen cartas en el asunto por medio de activismo jurídico, jugando con las herramientas del sistema en su propio juego.
1.- Para ello recomiendo que los estudiantes se organicen en un grupo de consumidores afectados en un mismo interés, en número no inferior a 50 personas, debidamente individualizados.
2.- Todos los alumnos que quieran demandar deben hacer su denuncia ante el SERNAC, y guardar copia de la recepción de su denuncia, porque el SERNAC puede hacerse parte en la demanda, (no para defender sus intereses de indemnización, sino para resarcir el derecho de consumo en general. Pero es bueno que se haga parte igual). La idea de las denuncias masivas al SERNAC es constituir un precedente importante de presión para la universidad.
3.- Hechas las denuncias, todos los alumnos deben otorgarle un mandato judicial a un mismo abogado o grupo de abogados para que los represente ante un juicio ordinario civil en pos del interés colectivo de los estudiantes.
Tomás André Marguirott Ross, Licenciado en ciencias Jurídicas y sociales.
Santiago de Chile, 25 de abril 2020
Crónica Digital