Por Maria Luisa Robleto
En estos tiempos que la Pandemia del Coronavirus inmoviliza el planeta, cuando el miedo justificadamente paraliza a las familias, ya que la abundancia de desinformación nos ha trastornado, Lo auténticamente sano, humano y real son las soluciones colectivas que resurgen como indispensables. Algunas luces en medio de la oscuridad: de esta situación nadie se salva solo, el capital no es suficiente para la solución del problema, se requieren acciones coordinadas de intelectuales, científicos, estadistas y líderes espirituales que orienten a la humanidad hacia la solución de la crisis.
Nicaragua, país que recientemente sufrió el embate de un frustrado intento de golpe suave, con las consecuencias económicas y sociales que conlleva, ha sabido mantener el sentido de colectividad, promoviendo políticas públicas en el mantenimiento y fortalecimiento del sistema de salud una vez que la OMS declaro la Pandemia a nivel internacional. El Plan sustentado en la sociedad, en la comunidad y en las familias, ha sido apoyado desde el primer día por un Estado responsable, cuyo objetivo es el Bien Común. Estas son y han sido las fortalezas que se convierten en la mejor arma para vencer a un enemigo que, hasta hace poco tiempo, parecía a todos los países del mundo inverosímil.
Este sistema basado en el antiguo concepto de la medicina social, tiene conceptualmente cerca de 40 años, se llamó originalmente Sistema Único de Salud en los años 80 y se modificó a nuestro retorno al Gobierno en 2007 en Modelo de Salud Familiar y Comunitario. Es reconocido a nivel internacional y tiene la particularidad de tener los mejores estándares en campañas de vacunación y campañas de saneamiento a nivel nacional.
Sabemos que eludir los efectos de esta crisis planetaria no es posible, sin embargo, la gestión actual ha permitido retrasar sus efectos. Desplegando a nivel nacional casi 300 mil voluntarios se logró cubrir, en tiempo record 1.2 millones de hogares en una campaña de educación ejemplar para educar a la población en la prevención para evitar el contagio primario. 2
Es así como nuestro país es uno de los pocos, de América Latina, que hasta la fecha no ha traspasado el umbral de la fase II de transmisión del Coronavirus, según los parámetros internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Curiosamente, a pesar de estos buenos resultados, nos vemos enfrentados a una campaña de descredito sobre el manejo de la situación. Y he aquí que la soberbia e inconsciencia de los voceros de la oposición local, se encubren bajo una profusión de discursos o más bien presunciones que solo fomentan mezquinos intereses políticos. Es lamentable la resonancia internacional que obtienen existiendo tanta noticia importante a nivel mundial.
Nicaragua es un país pequeño, por lo que una enfermedad del tipo del coronavirus es muy difícil de ocultar, mucho menos la mortalidad que ocasionaría, en el caso de estar en una situación de extrema gravedad como la que se ha denunciado.
Claramente, ningún centro de salud en Nicaragua está atestado de personas con síntomas respiratorios. Según declaraciones del Ministerio de Salud, los casos de neumonía en el mes de abril, que por lo general tienen un repunte en el país, muestran niveles más bajos que el año anterior. Esto ha sido respaldado por autoridades locales de la OPS en Nicaragua que además han agregado que nuestro país ejemplarmente está cumpliendo con las normativas de la organización.
SISTEMA DE SALUD EN NICARAGUA Y SU ENFOQUE SOCIAL
El Sistema de Salud Pública de Nicaragua ofrece servicios gratuitos y universales basados en un modelo de atención preventiva y comunitaria. La red nacional de hospitales, centros de salud y puestos de salud cuenta con el apoyo de una red de decenas de miles de brigadistas voluntarios.
El Modelo de Salud Familiar y Comunitario, formulado conceptualmente en el año 2008, cuenta con una amplia infraestructura social en la forma de redes sectoriales, municipales, departamentales y nacionales que articulan recursos de salud públicos, comunitarios y privados, y desde hace años vienen impulsando todo tipo de jornadas de salud, especialmente para prevenir enfermedades endémicas como el dengue, zika y chikungunya, además de todas las demás tareas de salud. 3
Para enfrentar el Coronavirus, el Gobierno de Nicaragua ha preparado el Sistema de Salud y el Sistema de Defensa Civil del Sistema Nacional de Prevención de Desastres (SINAPRED) junto con el Ejército Nacional de Nicaragua para esa eventualidad. A nivel regional, Nicaragua también ha coordinado estrechamente con los mecanismos del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y los gobiernos miembros del sistema.
A lo anterior debemos agregar que Nicaragua, es de los pocos países de la región que cuenta con un laboratorio de biología molecular aprobado por la Organización Mundial de la Salud. Este es el único laboratorio de la región de diagnóstico serológico del dengue y fue el único laboratorio de biología molecular de América Latina capaz de diagnosticar con precisión los tipos de influenza en 2019.
Asimismo, Nicaragua cuenta con la única planta en Centroamérica con capacidad de producir vacunas. La Planta Mechnikov es una empresa conjunta entre el Gobierno de Nicaragua y la Federación Rusa, con capacidad para producir 12 millones de vacunas contra la influenza al año y se está preparando para producir el medicamento antiviral cubano Interferón Alfa-2-B para su uso en el tratamiento de pacientes con el virus COVID-19.
EL FUTURO
Aún no se sabe cuál será el desarrollo futuro de la pandemia en Nicaragua. Podría ser, tal y como lo indican ciertos investigadores estadounidenses, que los mayores niveles de vacunación de la población con BCG contra la tuberculosis con respecto, se traduzca en un menor impacto del Covid-19 en Nicaragua. De ser así, esto se convertiría en un tributo a las masivas campañas de vacunación que el Sandinismo ha impulsado en los últimos 40 años.
Hoy somos testigos de que el mejor ejército del mundo se convierte en inútil ante la escasez u olvido de los más profundos valores. Pero si de algo estamos seguros, como humanidad necesitamos renovar conceptos y valores indispensables para nuestra vida y la del planeta. Un gobierno y un pueblo enfocados en una visión social y con sentido de cooperación entre las personas y naciones se vuelven indispensable. Hacia esto estamos enfocados y eso demandamos de la comunidad de naciones.
Por Maria Luisa Robleto, Embajadora de Nicaragua en Chile
Santiago de Chile, 24 de abril 2020
Crónica Digital