Por Carlos Ernesto Sánchez*
Ante la bofetada espantosa recibida de parte del poder judicial, al dejar libre en sus casas cómodamente a un grupo de asesinos violadores de derechos humanos, no queda solo el camino de recursos o denuncias ante organismos internacionales denunciando por abrir caminos para la impunidad. Hoy, fue un grupo de ancianos asesinos, mañana tendremos en las calles a feroces y sádicos criminales como Krassnoff, el Fanta u otros cuyos nombres jamás podremos ni debemos olvidar.
Todas las formas de luchas, hoy son permitidas, en esta guerra en contra de la impunidad. Una -entre varias- seria reactivar las funas, no dando espacio para que estos criminales caminen tranquilamente por las calles o vivan en nuestros barrios. Debemos estar presente donde haya uno de ellos, y no debe ser la mal llamada misericordia quien impida que se haga justicia; Si no hay Justicia, Hay Funa.
La causa de la justicia, no es venganza ni odio. Es señal potente que jamás se perdonará y aceptará que agentes del estado, con recursos de todos los chilenos, violen derechos humanos, y esto es válido no solamente para represores de ayer: sino para los de hoy.
Todos queremos una sociedad sana, educadora para las nuevas generaciones en verdad y justicia, lo cual no es posible dejando libre a estos criminales, que además gozan de privilegios que otros condenados no tienen, recibiendo altas pensiones y beneficios, por su trabajo de delinquir, violar, asesinar, hacer desaparecer a ciudadanos, solo por pensar distinto.
Los que levantan su voz clamando misericordia, piedad e invocando edad y estado de salud de los criminales, no hablan por estos últimos, sino por sí, tienen claro que fueron los instigadores y cómplices del golpe y de las violaciones cometidas. Nunca, estos cómplices han pisado una cárcel o han sido juzgados, por el contrario, algunos ejercen cargos de elección popular, lo que demuestra que nuestro pueblo olvida con rapidez.
Hoy por medio de las redes sociales, debemos funar a cada uno de estos criminales, no pueden tener descanso en paz. Sus nombres, como letanía funesta deben sociabilizarse para que todos sepan quién es quién y qué hicieron en contra de indefensos ciudadanos.
Así, como un dia lo hizo el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, debemos colocarnos en la puerta de los Tribunales de Justicia, denunciando a jueces y magistrados que avalan la impunidad.
Hoy, no es momento de silencio, menos de perdón y olvido. Si no queremos y repudiamos la represión en contra de nuestros jóvenes ciegos y mutilados, exigiendo la renuncia del general director de carabineros, tampoco debemos permitir que lo sucedido en dictadura quede archivado.
La Funa no es lo que deseamos como expresión de justicia, pero ante la ausencia de esta, es herramienta eficaz para condenar socialmente a estos criminales.
En nuestras redes sociales, difundamos direcciones, teléfonos, nombres, fotos actuales y todo aquello que pacíficamente denuncie, donde hay un criminal viviendo, porque nada ni nadie está olvidado.
*Poeta
Crónica Digital
Santiago de Chile, 14 de abril 2020