En el transcurso de solo una semana, el territorio norteamericano pasó de reportar unas 500 muertes diarias a más de mil en cada jornada, y funcionarios de salud pronostican que esta semana será la más difícil hasta la fecha en la lucha contra la pandemia.
Mientras continúa en ascenso la cifra de fallecidos, gobernadores de todo el país siguen en busca de los ventiladores necesarios para atender a los pacientes que no pueden respirar por sí solo, y continúan las advertencias sobre la escasez de otros suministros médicos en los hospitales.
En la mayoría de los estados se emitieron órdenes para que las personas permanezcan en sus hogares, al tiempo que se insta a los norteamericanos a cubrirse la cara en público y las autoridades endurecen los castigos para quienes incumplan las medidas de distanciamiento social.
Incluso con la aplicación de esas acciones, se espera que la cifra de decesos se incremente mucho más, y la Casa Blanca proyectó la semana pasada que, aun en el mejor de los escenarios, podrían ocurrir de 100 mil a 240 mil fallecimientos.
Nueva York se mantiene como el epicentro de la pandemia en la nación, con más de 131 mil casos confirmados y cuatro mil 758 decesos, seguido por el vecino Nueva Jersey (41 mil contagiados y mil tres fallecidos), Michigan (15 mil 700 y 618) y California (15 mil 220 y 351).
En medio de este panorama, especialistas han criticado la demora de algunos territorios en implementar las órdenes de quedarse en casa que, según los expertos, son cruciales para mantener a las personas fuera de contacto entre sí y frenar la propagación del virus.
Anthony Fauci, el principal experto del gobierno en materia de enfermedades infecciosas, sostuvo las medidas de distanciamiento deben mantenerse en vigor por un tiempo suficiente.
El especialista reconoció que las acciones adoptadas son inconvenientes desde el punto de vista social y económico, pero afirmó que son la respuesta a los problemas en la actual emergencia sanitaria.
Washington, 6 abril 2020