Las primarias de Carolina del Sur comenzaron a despejar un poco más el hoy nutrido campo de los demócratas, en carrera por la nominación presidencial de su partido hacia las elecciones de Estados Unidos en noviembre.
La cita con los votantes de Carolina del Sur ?con un electorado mayoritariamente afroamericano (60 por ciento)- dio ayer a Joseph Biden una crucial victoria: 48,4 por ciento de las papeletas y 33 delegados.
Para el exvicepresidente, que había caído de favorito a casi al sótano entre los contendientes después del mal desempeño en lo caucus y primarias en Iowa, New Hampshire y Nevada, el resultado de ayer le dio un nuevo aire para seguir con vida en la campaña y más que eso.
Biden, como apuntan observadores, pasó a ser el rival que podría vencer dentro de la fuerza azul al senador Bernie Sanders, quien venía con paso arrollador, y ahora descendió a un segundo puesto en el estado, con un distante 19,9 por ciento y 11 delegados.
‘Hace pocos días, la prensa y los comentaristas habían declarado como muerta esta campaña. Gracias a ustedes, el corazón del Partido Demócrata, hemos ganado y hemos ganado a lo grande’, expresó a sus seguidores el vicemandatario durante la administración de Barack Obama (2009-2017).
Sin hacer alusiones directas, Biden advirtió que los estadounidenses no quieren ‘la promesa de la revolución’, más que ‘promesas, quieren resultados’.
Previo a las primarias de Carolina del Sur, el presidente Donald Trump realizó la noche del viernes un mitin en North Charleston donde preguntó a los presentes quién sería el mejor oponente demócrata para él en las elecciones del 3 de noviembre si Biden o Sanders.
Parte de los asistentes corearon al senador de Vermont y abuchearon a Biden, y Trump ripostó: ‘Creo que es más fácil ganarle a Bernie’.
Sanders, al frente del contingente demócrata en las primarias y caucus de los cuatro primeros estados, es considerado incluso por los propios demócratas como una opción riesgosa, por la agenda política que pretende impulsar y que muchos no comparten.
En cuanto al camino que ya algunos abandonan, Tom Steyer es uno. El multimillonario neoyorquino anunció su retirada de la carrera presidencial luego de un decepcionante desempeño en ese territorio del sureste del país, adonde lo había apostado todo ?o casi todo- al voto de los negros.
Steyer desplegó un escandaloso gasto en publicidad que apenas surtió efecto, porque quedó tercero entre los contendientes (11,3 por ciento y sin delegados). No tuvo la capacidad de hacer despegar su moribunda campaña, comentan medios locales.
Durante un mitin en Columbia (Carolina de Sur), el también filántropo admitió ‘que si no veía un camino viable para ganar suspendería mi campaña, y sinceramente no puedo ver un camino’.
Para el resto de los precandidatos las cosas no fueron mucho mejor. En cuarto lugar aparece el exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg (8,2 por ciento, también sin delegados), mientras que muy distantes están las senadoras Elizabeth Warren (7,1 por ciento) y Amy Klobuchar (3,1), y la congresista Tulsi Gabbard (1,3).
Achim Bergmann, estratega demócrata cuya firma trabaja en varios estados del supermartes, opina que ‘los precandidatos que en este momento dan la impresión de estar en los peldaños inferiores se la verán difícil para dilucidar dónde pueden obtener algo de apoyo’.
Así que algunos habrán empezado a sacar cuentas. Carolina del Sur fue el disparo de arrancada de una semana electoral que augura ser interesante.
El ganador de la nominación por la fuerza azul tendrá que agenciarse el respaldo de mil 991 delegados y solo el supermartes distribuye mil 357 de ellos.
De ahí la importancia del escenario de confrontación del 3 de marzo en las primarias de California, Texas, Carolina del Norte, Virginia, Massachusetts, Minnesotta, Colorado, Tennessee, Alabama, Oklahoma, Arkansas, Utah, Maine, Vermont y el territorio no incorporado de Samoa Americana.
Justo para ese día se reservó el multimillonario y excalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, pues empezará a competir a partir de entonces.
Steyer no logró la victoria en Carolina del Sur pese a su enorme desembolso en publicidad, habrá que ver qué tanto puede hacer Bloomberg el supermartes, pues desde finales de año a la fecha gastó cerca de 400 millones de dólares de su fortuna personal en armar su maquinaria de anuncios y propaganda para seducir votantes.
La Habana, 2 de marzo 2020
Crónica Digital /PL