Asimismo en algunas estaciones del metro capitalino fue interrumpido el servicio de trenes tras registrarse protestas contra la PSU al interior de esos locales. En la aristocrática comuna de Las Condes hubo también problemas en el colegio Leonardo Da Vinci, en el que decenas de alumnos realizaron una protesta y fueron detenidas ocho personas, según informó el cuerpo de Carabineros.
En otras zonas del país también ocurrieron disturbios y en la Universidad de Valparaíso, por ejemplo, fueron arrojados facsímiles de la prueba por las ventanas y quemados exámenes, por lo que fue suspendida la de Matemáticas
Además de las acciones de protesta, se reportaron problemas organizativos, con muchos reclamos de alumnos que no encontraron las sedes que les correspondían para realizar las pruebas, así como retrasos en la hora del comienzo de la evaluación.
Más de 111 mil alumnos estaban convocados en esta jornada a las pruebas luego que no pudieran participar en la convocatoria del 7 y 8 de enero por el boicot realizado por gran parte del estudiantado a estas evaluaciones, que abren el camino hacia la enseñanza universitaria.
Por su parte, el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) admitió que se filtró parte del contenido de la Prueba de Selección Universitaria de Matemáticas, tal como ocurrió el pasado 7 de enero con la de Historia, que fue finalmente suspendida a nivel nacional.
El Demre señaló que el material fue sustraído por estudiantes, pero descartó que este hecho afectara el proceso puesto que el contenido se hizo público en las redes sociales después del inicio de la prueba.
En tanto, la vocera de La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Ayelén Salgado, señaló que el Gobierno se ha negado a dialogar con el movimiento estudiantil y, por eso, hoy se dan estas movilizaciones.
Explicó que los alumnos de la enseñanza media se movilizan desde hace más de 14 años reclamando el fin de esta prueba y el Gobierno lo único que ha hecho es aplicar la Ley de Seguridad del Estado.
Las organizaciones estudiantiles rechazan las PSU porque, a su juicio, las desigualdades existentes entre la deficiente educación pública y la enseñanza privada no benefician, sino que perjudican a los jóvenes de menos recursos.