Por Juan Andrés Lagos
No lo vieron venir….
Es cierto, algunas y algunos, con cierta honestidad, o también con ninguna vinculación sensible con la realidad social, han repetido esta frase como una especie de excusa para deslindar responsabilidades.
En rigor, lo que ocurre es que por demasiados y pesados años, se intentó imponer algo que nunca fue: Que Chile era un país en donde el crecimiento estaba logrando casi inéditos avances en materias sociales sensibles y relacionadas con la pervivencia de las familias y personas.
Otras y otros, que tampoco lo vieron venir….son más cautos y se apertrechan en las reformas sociales y políticas alcanzadas, para defender lo que, a estas alturas, es indefendible.
Todo indica que es tal el grado de grieta social que vive Chile, que la ciudadanía, por millones y millones, no quiere volver atrás, y con demasiado sacrificio, marcha y marcha; se reúne en miles de cabildos, busca abrir brechas a un sistema institucional elitista; cerrado; sectario y más centrado en la delegación de poder, que en la participación ciudadana y popular.
Entonces, en vez de llenarse de angustias y sentimientos de culpa, la otra mirada, el otro paradigma, es ver lo que ocurre como una tremenda e inédita esperanza democrática que escriben millones y millones.
Chile vive, ciertamente, una crisis social y política e institucional. Seguir defendiendo “la salida institucional”, es mirar la realidad con espejo retrovisor.
Lo que se requiere es abrir cauces de par en par.
- Legitimar y saludar las multitudinarias movilizaciones pacíficas como expresión democrática. Y ayudar a que ellas sigan abriendo cauces. Rechazo a hechos vandálicos y defensa férrea a los derechos humanos, que son violados sistemáticamente.
- Ayudar a fortalecer en todo nivel los cabildos autoconvocados, que ya superan los dos mil y siguen creciendo de manera exponencial.
- Apoyar las demandas levantadas por la Mesa de Unidad Social, que en materias tan sensibles como pensiones; salarios; derechos laborales; derechos políticos, es lo más unitario y avanzado que hoy surge desde los movimientos sociales.
- Respaldar y promover los plebiscitos que impulsan los municipios de Chile, en donde se ha logrado generar condiciones institucionales para incorporar la consulta sobre el mecanismo hacia la nueva constitución, y otros ámbitos tan relevantes como los que demanda la asociación de alcaldesas y alcaldes Mapuche.
- Que las fuerzas opositoras empujen para que el Parlamento, en vez de ser factor disruptivo, sea instrumento que de cauce a todos los procesos participativos que apuntan hacia: Nueva Constitución; Asamblea Constituyente; Plebiscito. NI más, pero tampoco menos.
En este contexto, es más que evidente que el gobierno de Piñera no ha mostrado ninguna capacidad de canalizar procesos de esta dimensión. Todo indica que no está en ese poder, ahora, la posibilidad de generar las condiciones democráticas reales para dar cauce a los cambios que Chile demanda, mayoritariamente. Pero eso no significa que, no haya salida. La hay, el tema es que se debe recurrir al Pueblo, y que el Pueblo decida alguna vez el futuro del país.
Tomado de la revista Opinion.cl
Santiago de Chile, 18 de noviembre 2019
Crónica Digital