Tras la legítima alegría ante el hecho inobjetable de la derrota del gobierno del presidente chileno, Sebastián Piñera y el gobierno de la Derecha política y política, a manos de un pueblo masivamente en marcha , se impone social y políticamente la interrogante sobre el futuro del movimiento , de una consecuencia legitima, pero al mismo tiempo eficaz, de la protesta.
Una respuesta ciudadana ha sido la convocatoria a Cabildos ciudadanos- una fórmula de participación ciudadana, que se vincula a una tradición chilena e hispana de siglos que ha revivido al calor del entusiasmo de la manifestación, en centros poblacionales, gremios, centros de estudio y sindicatos y vecinos, comunas, centros de reflexión política y acción cultural, dando cauce a las demandas de igualdad, justicia, respeto y equidad, que inspiran la plataforma explicitada en las concentraciones en las Plazas Baquedano (Italia) y Ñuñoa y otras comunas de la Región Metropolitana y a lo largo del país.
Las demandas de una Nueva Constitución, plebiscito , fin al Estado de Emergencia ( volver a las Fuerzas Armadas a sus cuarteles), Salarios Mínimos sobre la línea de la pobreza, Jornada laboral de 40 horas, congelamiento de las alzas en los servicios básicos, elevar las pensiones básicas, congelar los proyectos de pensiones y tributaria, gratuidad de pasajes en la movilización pública de estudiantes y adultos mayores, gratuidad de la educación, rebaja en los altos sueldos de parlamentarios y otras autoridades gubernamentales y otros temas de la agenda nacional, local o sectorial, puesta en el tapete por los manifestantes, son ahora discutidos en los Cabildos, y las primeras informaciones recogidas, constatan el interés, hasta el entusiasmo y la pasión de los cabildantes en el análisis, discusiones y propuestas surgidas.
Obviamente no basta con esa sensación colectiva de triunfo de la calle, y de derrota del gobierno en su estrategia de represión y de perspectiva en un proceso social que debe ser considerado en proyección y abierto a muchas perspectivas.
Ello sin duda es un reflejo del cambio de la temperatura política en el país, tras una semana de acción ciudadana, pero también es una responsabilidad y una objetiva percepción de participación en los asuntos centrales del momento político y de la perspectiva política e institucional del país.
Dos eventos de partidos opositores al gobierno, un pleno de la dirigencia máxima del Partido Comunista, y sendas reuniones de los máximos órganos directivos del Partido Socialista y de la Democracia Cristiana, en estos días, propusieron respuestas a un desafío que también los interpela, pero hace falta de una toma de conciencia de sus deberes en la encrucijada.
Los desafíos electorales próximos, elecciones de gobernadores y municipales, ponen un sentido de urgencia a la definición de las políticas de la oposición chilena, a la exigencia estratégica de su unidad, y a la formulación de su plataforma estratégica y táctica.
Claramente, indican fuentes disidentes de las posturas oficiales de la oposición, no se puede desaprovechar este momento histórico, y aceptar una nueva frustración de un ejercicio que participó, también con entusiasmo, dedicación y esperanzas, en los cabildos por la reforma de la Constitución durante el pasado período presidencial, con Michelle Bachelet en La Moneda.
Este es el mensaje que está surgiendo de los Cabildos, como el realizado este domingo 27 de octubre en la comuna capitalina de Quilicura.
Ello significa, indican participantes en este ejercicio democrático, que reflexiones y acuerdos generados en los Cabildos, tengan un curso de materialización en la nueva institucionalidad que se espera generar a partir de la nueva Constitución, y del plebiscito, con calidad de vinculantes, que culmine todo el proceso de cambios en que desemboque este despertar social.
La bronca, el malestar colectivo, la exasperación colectiva por la inequidad y la injusticia implantada por el modelo neoliberal, no ha desaparecido, y los anuncios del mandatario de una “agenda social”, su petición de perdón a los ciudadanos, su plañidera afirmación , hasta ahora puramente verbal, de que “todos hemos escuchado el mensaje”, y que el anuncio de proceder a un cambio de gabinete para “enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargo de los nuevos tiempos”, no parecen suficientes ni creíble, para enfrentar la situación de crisis estructural, donde se ha puesto en el banquillo de los acusados a la esencia del modelo económico y social impuesto en Chile .
Lo que ha dicho la calle de “no más Piñera”, y la petición de renuncia del Presidente, no termina en su figura personal, sino que apunta, necesariamente, al modelo que el representa, que defiende e intentará mantener. Sus propias juramentos de atender las demandas profundas de cambio de los manifestantes, no tienen otro sentido que distensionar , mas que “ resolver” los problemas reales, sentidos, por el pueblo.
Tampoco se resuelve la crisis con medidas de represión más eficaces, o devolviendo a los militares a sus cuarteles. Ello no deja de ser una maniobra, obligado por las circunstancia de que el pueblo, superó también el miedo, el temor, y mantuvo el desafío de su derecho a la expresión de su malestar.
Si pensó que con el Estado de Emergencia, toque de queda, o la amenaza del uso del brazo del Estado, su declaración de guerra, podría ”resolver” el problema, , “aplacar un sentimiento largamente larvado en la conciencia popular, el presidente se equivocó totalmente, poniendo irresponsablemente al país al peligro de un baño de sangre.
De manera que la explosión de la protesta nacional, no era un problema coyuntural, y mucho menos- de lo que algunos pretenden, desde las páginas editoriales de El Mercurio, de que se haya tratado de un complot internacional, una conspiración de agazapados conspiradores, extremistas , o de un “plan antidemocrático”, o “un plan operati vo que buscó la desestabilización institucional del país, e incluso provocar la caída del presidente Piñera”.
( A propósito, El Mercurio publica que el jefe de la diplomacia del presidente Donald Trump, para América Latina, Michel Kozak ve “actores extranjeros”, y hasta habla de actividades de “Rusia” en redes sociales).
Pero tras la expresión multitudinaria de la protesta, tras la sensación legítima de victoria, lo que debe venir es un “ahora qué”.
Por lo visto, el gobierno el empresariado, tras un molesto , y prácticamente unánime , aunque sospechosamente insincero, “mea culpa” de políticos del de Gobierno, de la Derecha y los principales grupos empresariales del país, buscan solo descomprimir el escenario, manipular la opinión pública, distraer a los “enemigos”, es decir al pueblo contestatario , de los objetivos y razones centrales de la objetiva confrontación social.
Ellos prefieren hablar de los “temores” de los chilenos (“El Mercurio” lo dice editorialmente el 22 de octubre, rechazando incluso la Agenda Social propuesta por La Moneda), como la pérdida del empleo,, enfermedades graves, la acción de la delincuencia,”, que ellos s encargan de promover mediáticamente, afirmando a reglón seguido que , “No es evidente, entonces que los cambios que se produzcan ( o son reclamados por los chilenos, nota del autor) tengan que reconfigurar todo el esquema social que el país ha ido desarrollando en las últimas décadas”
El editorial advierte ¡al presidente Piñera!, que “Actuar sobre la base de que un malestar de esa profundidad existe, sin matiz alguno, supone abrazar un camino de resultados inciertos” y llama solo a “un conjunto de políticas que reduzca esas vulnerabilidades”, subrayando ( y limitando), que “ Las discriminaciones sutiles o faltas de consideración a las distintas historias de vida que existen en una sociedad compleja y diversa, no resultan aceptables”.
El tema es que en las presentes y actuales circunstancias, tras la semana que estremeció a Chile, se inicia una nueva etapa politic a y social. Existen convocatorias a nuevas protestas diversos sectores sociales, y “la calle”, no quiere dejar el protagonismo conquistado a costa de miles de detenidos, agredidos, bombazos, golpeados, heridos y una veintena de muertos y, movilizaciones a lo largo del país.
Entonces, la interrogante legítima y necesaria , que se mantiene vigente como desafío e interpelación es , nuevamente : ¡ Y ahora qué?.
Por que el Gobierno, los empresarios, la Derecha académica y económica, no están con las manos atadas y buscarán maniobrar, manipular, defenderse de las demandas populares y cuidar sus intereses económicos y sociales.
Y cuentan en ello con los instrumentos de la desinformación, del dinero, de sus influencias y de sus Medios de Comunicación, con el argumento o pretexto del fin de la violencia o sus invocaciones a la paz social y a la unidad nacional..
Y así, para ellos, la interrogante social y político que puso al descubierto la movilización social podría seguir siendo una especie de anomalía, producto no deseado del éxito del modelo, un desafío de orden público, o un desacato de vándalos o violentistas más que un estado de ánimo masivo, un rechazo social, una exasperación ciudadana y un estado de malestar colectivo.
En todo caso, los partidos democráticos, la centro izquierda y la izquierda, tras el análisis de los acontecimientos deben asumir su responsabilidad y hacerse cargo de las demandas y asumirlas como suyas y participar activamente en la corriente social en marcha, descartar la pretensión de la derecha de que las masas en movimiento solo se han autoconvocado- aunque es cierto que los mecanismos de organización fueron las redes, y dejar sin conducción o participación la organización de los pasos próximos o futuros del descontento .
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 29 de octubre 2019
Crónica Digital
La autoconvocatoria por hartazgo de una situación espantosa , en todos los sentidos , por mala conducción política (no hay partidos excluídos) y por abusos sostenidos y permitidos por todos los gobiernos post dictadura,(locomoción, AFP’s , salarios reducidos , salud menesterosa , educación en modo de comercio en vez de un derecho , agua y “tierra nacional extractiva” particulares , salmoneras ineficientes y anti ecológicas con destrucción de los mares más las forestales con destrucción de los bosques nativos y explotación “agresiva” con usurpación de tierra mapuche para plantar árboles destructivos de las tierras ocupadas….com algunos ejmplos (súmele la pesca de las 7 familias en un pais de norte a sur lleno de mar “particular”) no ha sido comprendida ni percibida por los oligarcas del país ,incluyendo los honorables de partidos políticos que abren sus ojos y buscan tirar monedas a las marchas vitales de un país humillado y desprotegidos por todos ellos,
autoridades de “plata dulce” y pasados humildes al que desprecian cuando “arriban” a la comodidad.
Ojalá la reacción de las autoridades sea ahora ,porque más tarde va a ser la misma carnicería del 73.Deben llamar a AC ahora, permitiendo la organización del pueblo desde sus bases para nombrar sus representantes , NO a DEDO de los políticos como lo intentó la Bachelet.Biuena suerte ,Chile en las abiertas Alamedas !