Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial, las quemas en la mayor selva tropical del mundo aumentaron en 82 por ciento bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro, quien deslegitima tal número y elude la responsabilidad.
Brasil experimenta la mayor ola de fuego en los últimos cinco años. Solo en 2019, el número de focos de deflagraciones supera los siete mil. ‘Por lo mínimo, un incendio forestal en un área como el Amazonas tarda décadas en recuperarse. Si se trata de un ignición en una vegetación con árboles seculares, demorarán unos siglos en recomponerse’, dijo al portal Brasil de Fato el investigador del Instituto de Manejo y Certificación Forestal y Agrícola (Imaflora) Roberto Palmieri.
Alertó que ‘llevará mucho tiempo para que la Amazonia vuelva a ser lo que era. Estamos hablando de una pérdida en la que la recuperación posiblemente no restablezca la diversidad que ahora teníamos en estos lugares’.
Por la extensión de las quemaduras, el daño a la fauna y flora local es de gran gravedad.
Palmieri refuerza que el escenario es aún peor cuando se trata de regiones del Amazonas con árboles viejos. ‘Son décadas si consideramos a los bosques que ya han sido talados. Si se trata de bosques primarios con grandes árboles, estamos hablando de más de un siglo’.
Sin exagerar, precisó, ‘estamos hablando en 100 años para recuperar la diversidad de un área como la que se ha quemado’.
Coincide con esa apreciación Gabriel Ribeiro Castellano, ingeniero agrónomo de la Universidad de Sao Paulo. ‘El bosque tiene una estructura y especies con diferentes funciones ecológicas. Los árboles Climax, es decir, los árboles grandes que dan sombra a otras formas de vida, pueden tardar más de mil años en alcanzar su tamaño máximo’.
Por lo tanto, apuntó, ‘la recuperación de las funciones ambientales de una vegetación primaria quemada en el Amazonas puede llevar algunos siglos’.
Advirtió que todo el ecosistema está dañado por la quema. ‘Por lo tanto, la destrucción de la flora también resulta en la destrucción de la fauna’.
Según Castellano, la carbonización es la primera consecuencia que siente el reino animal. Las especies que no mueren inmediatamente pueden sufrir lesiones de incapacidad o letales.
Refirió que ‘algunos animales y la mayoría de los mamíferos pueden, a través de su sentido del olfato, sentir que se acerca el fuego y así pueden escapar rápidamente. Las aves se ven menos afectadas porque pueden volar, pero los huevos y los nidos se destruyen’.
Hay algunos mamíferos más lentos que son los más afectados, como los osos hormigueros, los perezosos y las crías de todas las especies. Después del incendio, con la pérdida de hábitats, los animales pueden morir por falta de refugio o comida, denuncio el máster en geociencias y medio ambiente.
La fauna de la Amazonia es reconocida internacionalmente por estar compuesta por miles de especies animales, incluidos reptiles, anfibios, peces, aves, insectos y mamíferos terrestres y acuáticos. Muchos de ellos endémicos, es decir, solo se reproducen y viven en esa región.
Brasilia, 24 de agosto 2019
Crónica Digital /PL