‘No podrán los golpes y las agresiones doblegar la voluntad de lucha de los movimientos progresistas de la Patria Grande’, escribió el jefe de Estado venezolano.
Manuel Zelaya fue electo democráticamente en elecciones realizadas en 2005, por lo que asumió el cargo el 27 de enero de 2006 por un período de cuatro años.
En 2009, el entonces mandatario pretendía realizar una consulta popular para convocar una Asamblea Nacional Constituyente con la intención de modificar la constitución de 1981.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, junto al Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General y el Congreso Nacional se opuso a la consulta debido a la influencia de conservadores y opositores al Gobierno.
Para el 28 de junio, el Ejército recibió la orden emitida por la Corte Suprema de arrestar al presidente. Los militares cumplieron con la medida y expulsaron al mandatario por la fuerza hacia Costa Rica.
Caracas, 28 de junio 2019
Crónica Digital /PL
La recordada 4° Urna no era vinculante, pero democratizaba la participación y se consultaba por una Constituyente que, como sabemos, aterroriza a las oligarquías. Esa consulta y las simpatías del Presidente Zelaya por el “ALBA” fueron suficientes para desesperar y enfurecer a los Gringos y al golpismo hondureño. Triste papel- cuando no- jugó la OEA dirigida por Insulza y que contó con la cooperación del Presidente Arias de Costa Rica que hoy se encuentra judicializado por corrupción.