La Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) avanza a la construcción de tres millones de hogares para el cierre del año, de los cuales dos millones 688 mil 821 ya fueron entregados.
Al respecto, el titular de Vivienda y Hábitat, Ildemaro Villarroel, indicó que esta semana fueron otorgadas 30 viviendas en el Núcleo de Desarrollo Endógeno Cayaurima de Ciudad Bolívar, parte de las 532 entregadas en los 11 municipios del estado de Bolívar.
Pese a la guerra económica declarada por la derecha y el cerco económico impuesto por Estados Unidos, la GMVV continúa avanzando a través de la unión entre el Gobierno y el pueblo organizado, destacó.
Hasta la fecha, el programa entregó además un millón 65 mil 738 títulos de propiedad urbana.
Villarroel recordó que cualquier familia venezolana puede acceder a la solicitud para integrar este programa social sin importar su posición política.
Los beneficiarios son familias trabajadoras del sector público, pero también del sector privado, de la juventud y del colectivo de personas con discapacidad, añadió.
“Venezuela se presenta como líder mundial del derecho a la vivienda, nosotros la consideramos un derecho social antes que una mercancía y por eso seguiremos construyendo hogares con nuestro pueblo”, agregó.
Caracas, 24 de junio 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.
Desde el bolsillo del neoliberalismo, cuyo símbolo es la Ganancia, jamás podrán entender el esfuerzo gigantesco del Proceso Bolivariano por resolver el problema habitacional. El Derecho a la vivienda es un derecho humano. Pero además, es una vivienda cómoda, amplia, con todos los servicios y muebles básicos. Incluso, de acuerdo a la situación socio económica del postulante, puede alcanzar un “período de gracia” para iniciar sus pagos. En estos últimos años, cuando la guerra económica y las sanciones impuesta por los Gringos ha destrozado y pulverizado toda la economía; el venezolano sabe que cuenta con un proceso que hace y hará todos los esfuerzos porque el ser humano siga siendo el centro de atención y de protección social. “Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en revolución”