Giraldi fue el ponente principal del panel sobre gobernanza de los sistemas alimentarios para una mejor salud nutricional, quien describió que su país clasifica entre los de mayor prevalencia de tabaquismo, con tasas altas de enfermedades crónicas no transmisibles.
En Chile, el sobrepeso afecta al 75 por ciento de los adultos; el 37 por ciento tiene obesidad y posee una de las poblaciones más sedentarias del planeta, con el 87 por ciento.
Como dato más relevante, calificó el galeno, el 25 por ciento de los niños chilenos a los seis años son obesos y la mitad en esa misma edad tienen sobre preso; entre los obesos el 10 por ciento es hipertenso, un tercio tiene colesterol alto y la mitad es resistente a la insulina.’El pronóstico para esos niños y niñas es dramático’, vaticinó.
La peor situación de salud, enfatizó el galeno, recae en los sectores de bajos ingresos, y tanto en Chile como en otras partes del mundo, los pobres del futuro serán los obesos, ‘obesos carenciales, con pocos nutrientes, fibras, y que deviene en un problema social’.
Pero igual advirtió, ocurre con la diabetes, la hipertensión, el cáncer, el infarto que afectan con mayor agudeza a las personas pobres, por tanto, ‘este es un problema con una dimensión social muy, pero muy relevante’, acotó.
El experto explicó que el proceso para introducir y aprobar la ley, ‘consecuencia de la unión del mundo científico, con un rol muy relevante, parlamentario y la sociedad civil’, partió de cambiar el concepto de ‘enfermedades crónicas no transmisible’.
Ese es un concepto equivocado, argumentó, ‘que nos anula e impide poder avanzar, porque ellas son las más transmisibles de todas’, y detalló con ejemplos que ‘la publicidad, los procesos miméticos son de hecho mucho más agresivos que los procesos bacterianos, virales, de parásitos y hongos’.
Razón por la que, anotó, el tema de la publicidad es central a la hora de plantear una estrategia contra la obesidad y explicó cómo la ley introdujo el llamado sello negro para aquellos productos dañinos a la salud, sobre todo altos en azúcar y sal, con prohibición de tener publicidad, ofertarse en instituciones estatales, entre otras.
La resistencia de la industria, comentó se senador, fue fuerte, dentro y fuera de la nación suraméricana, pero poco a poco las medidas fueron demostrando su utilidad y hoy, según dijo, las encuestas muestran que el 68 por ciento de la población tiene en cuenta el etiquetado en su elección y el 20 por ciento de la industria reformuló sus productos.
Girardi agradeció de manera particular el apoyo de la FAO en el desarrollo de esta experiencia, que según señaló, requiere de una acción política fuerte, de apoyo de los gobiernos, parlamentarios, la sociedad civil, porque se trata de enfrentar una publicidad engañosa, que envenena con sus productos y además con poder.
Tal como dijo cuanto ha hecho Chile en tal sentido se transmite a otras naciones del continente como Perú, Uruguay, México y a otros países del mundo, de la mano de la FAO.
Roma, 11 de junio 2019
Crónica Digital /PL