El Consejo de la Federación (senado ruso) expresó su disposición a debatir el proyecto de ley tan pronto sea aprobado en la Duma.
La propuesta deja abierta la posibilidad para que el mandatario ruso pueda restablecer la participación rusa en el INF, firmado en 1987, en Washington por Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.
Rusia advirtió sobre su posible salida del INF después que Washington amenazó con abandonar el referido arreglo, como mismo lo hizo en 2002 con el Tratado de Defensa Antimisil.
Moscú acusó a Estados Unidos de violar constantemente el INF al desplegar rampas Aeglis para cohetes interceptores que pueden ser facilmente transformadas en lanzaderas de misiles Tomahawk.
De acuerdo con el tratado de 1987, el Tomahawk de basificación terrestre clasifica entre los cohetes prohibidos por ese documento.
Según lo estipulado en el mencionado acuerdo, las partes se comprometen a eliminar todos los misiles, nucleares o convencionales, con un alcance de entre 500 y cinco mil 500 kilómetros con basificación en tierra.
Rusia intentó en la pasada década convencer a la Casa Blanca para incluir en el INF a los cohetes del referido rango con basificación marìtima y aérea que en ese momento no poseía.
Ahora la Armada rusa cuenta con los misiles alados de más de dos mil kilómetros que ya probó con éxito en el conflicto en Siria.
Rusia rechaza, además, las acusaciones de Washington sobre la supuesta posibilidad de que el sistema coheteril Iskander, instalado en Kaliningrado, llegue a un alcance superior a los 500 kilómetros, lo cual violaría el tratado.
Moscú, 30 de mayo 2019
Crónica Digital /PL