El presidente de Chile, Sebastián Piñera, volvió a enarbolar la bandera del patriotismo al recordar a Arturo Prat, figura paradigmática de la llamada Guerra del Pacífico, cuyas consecuencias perduran hasta el presente.
Piñera encabezó una ceremonia en la norteña ciudad de Iquique como parte de las celebraciones por el Día de las Glorias Navales en recordación del combate frente a las costas de esa ciudad entre el buque peruano Huáscar y la corbeta chilena Esmeralda, comandada por Prat, quien murió junto a su plana mayor al intentar abordar el navío enemigo.
En un discurso de menos de diez minutos, el mandatario destacó el sacrificio del marino y aseguró que “hoy día más que nunca necesitamos héroes como Prat que sepan comprender el valor de la unidad, el valor del patriotismo”.
Al parecer fue un mensaje subliminal de Piñera, quien de forma recurrente ha apelado últimamente al patriotismo para llamar a los diputados de oposición a votar a favor de controvertidos proyectos legislativos de su gobierno, y no ha dudado en calificar de antipatriotas a quienes han estado en contra de sus iniciativas.
El tono del discurso se refuerza con el hecho de que Piñera es el primer presidente de Chile que conmemora las Glorias Navales en Iquique en los últimos 19 años.
Tras sus palabras se realizó un desfile de miembros de la Armada y luego el mandatario y su comitiva abordaron un navío para dejar ofrendas florales en la boya que se mantiene en el lugar donde el Esmeralda fue hundido por el Huáscar.
También una gran ceremonia se realizó en la ciudad de Valparaíso, presidida por el vicepresidente del gobierno y titular del Interior, Andrés Chadwick.
Los enfrentamientos navales fueron un capítulo decisivo de la también llamada guerra del Salitre, que entre 1879 y 1883 enfrentó a Chile contra Bolivia y Perú en un sangriento conflicto aupado en gran medida por los intereses monopólicos nacionales y extranjeros ansiosos por controlar los grandes yacimientos de salitre, guano y cobre del desierto de Atacama en lo que hoy es el norte de Chile.
La victoria de Santiago en esa confrontación cambió drásticamente el mapa político de la región y sus consecuencias perduran hasta hoy pues Perú y Bolivia perdieron parte considerable de sus territorios.
Especialmente perjudicado fue este último país, que quedó enclaustrado en el continente al ser despojado de 120 mil kilómetros cuadrados incluyendo todas sus costas en el Océano Pacífico.
Santiago de Chile, 22 mayo 2019
Crónica Digital /PL
… “…enarbola el patriotismo …” …. “las barras y las estrellas/ se adueñaron de mi bandera” …