Por su parte el secretario del exgobernante, Ricardo Pinedo, relató que García, tras llegada de la policía y un fiscal a su casa a detenerlo, se encerró en su habitación, donde atentó contra su vida.
El exgobernante neoliberal fue luego trasladado por los policías al hospital de emergencias Casimiro Ulloa, donde es operado y al que llegaron familiares, abogados y periodistas, en medio de diversas especulaciones que no descartan la muerte de García.
La situación legal del exgobernante se agravó tras confirmarse que su exsecretario presidencial, Luis Nava, el hijo de este, José Antonio, y el empresario Miguel Atala, recibieron sobornos de Odebrecht presumiblemente destinados a García.
Un juez anticorrupción ordenó también la detención de los Nava y Atala -el padre se internó en una clínica y el hijo viajó a Estados Unidos hace una semana-, así como del exministro de Transportes y Comunicaciones, Enrique Cornejo, entre otros exfuncionarios del último gobierno de García.
El exgobernante declaró ayer a diversos medios de prensa que consideraba posible su detención y que la tomaba con serenidad como ‘gajes del oficio’, señalando que sería una gran injusticia por ser inocente y porque no hay, sostuvo, pruebas que lo vinculen con los sobornos a sus allegados.
García era considerado en encuestas diversas como el exgobernante y el político más corrupto, en buena medida debido a la estela de casos de ese tipo que dejó tras sus dos gobiernos (1985-90 y 2006-11), de los que salió sin castigo, por recursos judiciales, y sin llegar a ser juzgado.
Lima, 17 de abril 2019
Crónica Digital /PL