La Primera Ministra culpó ayer públicamente a los parlamentarios de su país del estancamiento en que se encuentra el Brexit, como se le conoce a la decisión de los británicos de abandonar la alianza europea.
En una alocución desde su residencia oficial en el número 10 de Downing Street, May emplazó a la Cámara de los Comunes a decidirse de una vez por todas si quieren abandonar el bloque con un acuerdo, de forma unilateral, o si prefieren seguir siendo miembros de la UE.
La Cámara de los Comunes que rechazó dos veces el pacto negociado por el Ejecutivo, se niega a celebrar una tercera votación del documento, a menos que se le hagan cambios sustanciales, sobre todo al acápite relacionado con la frontera entre las Irlandas.
El Brexit negociado por May dispone que la provincia británica de Irlanda del Norte seguirá bajo las regulaciones aduanales y comerciales europeas hasta tanto se firme un nuevo tratado, pero los euroescépticos dentro del Parlamento alegan que esa salvaguarda los mantendrá atados para siempre a la UE.
La UE ya adelantó la vípera que cualquier extensión del controvertido divorcio más allá de la fecha inicialmente pactada está condicionada a la aprobación del plan acordado con Londres.
De extenderse la salida más allá del 30 de junio, una posibilidad para la que la gobernante admitió ‘no estar preparada’, el Reino Unido tendrá que participar en mayo próximo en las elecciones para el Parlamento Europeo.
May también se opone a la celebración de un segundo referendo sobre el Brexit, por considerar que ya esa pregunta fue respondida en 2016, cuando el 51,8 por ciento de los británicos votó a favor de abandonar la alianza.
Londres, 21 de marzo 2019
Crónica Digital /PL